Iker Losada es uno de los jugadores del Celta protagonista esta semana. El debut del catoirense, con gol incluido, en el primer equipo ante el Real Madrid lo ha situado a la vista de los aficionados.
Él afirma estar viviendo un "sueño" y mantiene los pies en el suelo: estudiará Derecho y piensa en hacer una buena temporada con el equipo juvenil.
El canterano contó a los medios del club su historia. "Empecé en el Catoira y de allí para el Celta ya directo. Es mi octavo año aquí. El primero, venía con mi padre en coche hasta que nos enteramos que había un autobús. Y así hasta juveniles, que me metí en la residencia", rememora. Y admite que a la familia, ahora, la ve poco: "Estos últimos tres años, estuve muy poco con ella. Igual un fin de semana sí y uno no. Y el año pasado fue el peor, por los viajes con el filial y con el juvenil. Si algo quieres, algo te cuesta".
Porque para él, el hecho de hacer la pretemporada "es cumplir un sueño. Es increíble. Estar con gente que veías en la tele, que tenías en los juegos de la play... Es un sueño cumplido". Reconoce que al principio "noté la diferencia de jugar en juveniles a esta gente. Me costó, estaba más cortado. Pero al pasar el tiempo, la gente quiere que te incorpores. Cuando ya te sueltas, ya va solo. Como si hubiésemos estado toda la vida jugando juntos".
Para el recuerdo quedará su gol ante el Madrid. "Fue increíble. En el momento en el que marqué, intenté celebrarlo. Pero como vi que íbamos perdiendo, me dije: vamos para el centro, a ver si se puede remontar. Estoy muy contento. Lo malo, el resultado", dijo. Al marcar, confiesa, "pensé en mi abuela. Siempre me decía que iba a jugar en Balaídos. Hace relativamente poco que murió y lo primero en lo que pensé fue en ella".
Desde su posición, agradece la apuesta por la cantera del club. "Me parece lo mejor que pudieron hacer. Porque le haces entender a la cantera que ellos pueden llegar a ser un Iago, un Denis, un Brais... A mí me motiva mucho más que haya más canteranos que gente de fuera", asegura. Y al autodefinirse, apunta más defectos que virtudes: "Mi principal virtud es mi verticalidad hacia portería. Defensivamente tengo que mejorar mucho y mentalmente también. Porque cuando algo no me sale, me vengo un poco abajo".
De su vida fuera del campo, desvela que "entré en la Universidad. Voy a hacer Derecho. Quiero llevarlo, aunque sea poco a poco. Es una carrera de cuatro años que, aunque me lleve ocho o nueve no pasa nada. Tengo ganas de empezar". Y dentro del césped, reparte los objetivos para la temporada entre tres equipos: "Con el juvenil espero quedar lo más arriba posible. Con el filial, igual. Y si puedo, jugar algún que otro partido más con el primer equipo".n
El canterano contó a los medios del club su historia. "Empecé en el Catoira y de allí para el Celta ya directo. Es mi octavo año aquí. El primero, venía con mi padre en coche hasta que nos enteramos que había un autobús. Y así hasta juveniles, que me metí en la residencia", rememora. Y admite que a la familia, ahora, la ve poco: "Estos últimos tres años, estuve muy poco con ella. Igual un fin de semana sí y uno no. Y el año pasado fue el peor, por los viajes con el filial y con el juvenil. Si algo quieres, algo te cuesta".
Porque para él, el hecho de hacer la pretemporada "es cumplir un sueño. Es increíble. Estar con gente que veías en la tele, que tenías en los juegos de la play... Es un sueño cumplido". Reconoce que al principio "noté la diferencia de jugar en juveniles a esta gente. Me costó, estaba más cortado. Pero al pasar el tiempo, la gente quiere que te incorpores. Cuando ya te sueltas, ya va solo. Como si hubiésemos estado toda la vida jugando juntos".
Para el recuerdo quedará su gol ante el Madrid. "Fue increíble. En el momento en el que marqué, intenté celebrarlo. Pero como vi que íbamos perdiendo, me dije: vamos para el centro, a ver si se puede remontar. Estoy muy contento. Lo malo, el resultado", dijo. Al marcar, confiesa, "pensé en mi abuela. Siempre me decía que iba a jugar en Balaídos. Hace relativamente poco que murió y lo primero en lo que pensé fue en ella".
Desde su posición, agradece la apuesta por la cantera del club. "Me parece lo mejor que pudieron hacer. Porque le haces entender a la cantera que ellos pueden llegar a ser un Iago, un Denis, un Brais... A mí me motiva mucho más que haya más canteranos que gente de fuera", asegura. Y al autodefinirse, apunta más defectos que virtudes: "Mi principal virtud es mi verticalidad hacia portería. Defensivamente tengo que mejorar mucho y mentalmente también. Porque cuando algo no me sale, me vengo un poco abajo".
De su vida fuera del campo, desvela que "entré en la Universidad. Voy a hacer Derecho. Quiero llevarlo, aunque sea poco a poco. Es una carrera de cuatro años que, aunque me lleve ocho o nueve no pasa nada. Tengo ganas de empezar". Y dentro del césped, reparte los objetivos para la temporada entre tres equipos: "Con el juvenil espero quedar lo más arriba posible. Con el filial, igual. Y si puedo, jugar algún que otro partido más con el primer equipo".n
