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Un estudiante de Asobal

El guardameta vigués Pablo González, en un entrenamiento con el Cisne.
photo_camera El guardameta vigués Pablo González, en un entrenamiento con el Cisne.
El portero vigués Pablo González, que cursa bachillerato, debutó el miércoles con el Cisne 
Las sensaciones no fueron muy buenas porque no conseguí parar ninguna", admite el joven Pablo González. Habla del partido que disputó el pasado miércoles con el Cisne en Granollers correspondiente a la Liga Asobal. Pero, ya se sabe que los comienzos acostumbra a ser duros y más para un joven guardameta de 18 años que salía cinco minutos al campo con el partido decidido. "Siempre está bien debutar, me hizo mucha ilusión", resume. 
El Cisne cayó por 27-21 ante el conjunto catalán, aunque en el anecdotario particular de Pablo González quedará memorizado el momento en el que disputó su primer encuentro en la máxima categoría del balonmano español. Probablemente, llegó antes de lo esperado y su formación está lejos de completarse a sus escasos 18 años. "Me contactaron a principio del confinamiento. Poco a poco fuimos hablando y ya llegamos a un acuerdo. La idea era entrenar con ellos y jugar en el Carballal, pero al comenzar a entrenar, el segundo portero estaba lesionado y, al final, hice ficha con el Cisne. Hasta que se recupere, seguiré aquí", explica. El guardameta al que reemplaza es Juan José Novas y Jorge Villamarín ejerce de primer portero de la formación pontevedresa. 
Pablo González se formó en la entidad viguesa con el objetivo de continuar ahí su trayectoria, pero la realidad de su nuevo club lo cambió: "Desde hace un par de semanas tengo ficha con la SAR, que es su filial para, en caso de no jugar con el primer equipo, hacerlo con el segundo". Continuará en Primera Estatal con la escuadra de Redondela, pero las próximas semanas formará parte del Cisne, que debuta en la máxima categoría del balonmano español. A pesar de su rol de secundario, el joven matiza que "tengo que acostumbrarme a la Asobal, se nota mucho. Los jugadores tienen mucha más calidad y, sobre todo, más fuerza. Los balones vienen a bastante más velocidad". Una nueva realidad que vive en el día a día, ya que "a nivel de entrenamiento también se nota. En la preparación física porque ya tenemos un especialista. Además, los ejercicios son más o menos los mismos, pero al realizarlos distintos jugadores la situación cambia. No es lo mismo que te llegue un balón a una velocidad o diez kilómetros por hora más rápido". 
Se modificó su vida deportiva en cuestión de semanas y también la personal porque la propuesta del Cisne incluía pasar a estudiar en el colegio Los Sauces de Pontevedra, quedarse interno y entrenar con la formación de máxima categoría. Todo ello para un deportista de 18 años que aceptó la segunda llamada del club pontevedrés. "Ya me hablaron hace un par de años, pero todavía era cadete y no quise ir. Ahora, con lo que me ofrecían, opté por decirle que sí", explica. Todo ello en una temporada marcada por el confinamiento y, por lo tanto, en la que la llegada de este tipo de propuestas son todavía más complicadas.
La llegada de Pablo González a la Asobal es más rápida de lo previsto, pero es el camino que parecía describir desde hace años el portero formado en el Carballal. En la entidad viguesa comenzó su trayectoria cuando, a los 10 años, "como nunca nadie quería ir a la portería, me pusieron a mí en un entrenamiento y me gustó. Además, se vio que paraba algún balón y ahí quedé", admite el vigués rebuscando en la memoria. En aquel instante, su entrenadora y, en parte, culpable de su demarcación y trayectoria era Yolanda Correa. Pudo ser la casualidad o el buen ojo de la preparadora de niños, pero lo cierto es que pocos años después, Pablo González se convertía en internacional y destacado de su generación, como muestran sus actuaciones en el Torneo Internacional Ciudad de Avilés de diciembre de 2018, con el guardameta olívico como mejor jugador en el partido de cierre del evento.
Por ello, tras el debut en Asobal, espera seguir contando para las categorías inferiores de España: "Habrá que ver cómo evolucionaron otros jugadores después de todos estos meses, pero sí que es algo que me gustaría mantener". Eso sí, con la pandemia del coronavirus es una realidad que parece lejana. 
Mientras, el día a día es continuar en el Cisne y tratar de aprender de los mejores porteros de España y el mundo. "Me intento fijar en todos los porteros de Asobal como Javi Díaz y Jorge Villamarín, que es ahora mi compañero, y tiene mucho nivel. También intento ver la Champions y ahí, me gusta ver a Pérez de Vargas, Rodrigo Corrales o Niklas Landin. Identificar no me identifico con ninguno, pero sí que intento coger detalles de alguno de ellos", explica. Aunque, también reconoce que "igual intentas hacerlo como ellos y resulta que es otro mundo". 
Le quedarán años para continuar su progresión en el Cisne y también con un ojo puesto en la actividad académica. Y, aunque ya obtuvo el buen sabor de disputar su primer encuentro en Liga Asobal, en las próximas semanas intentará alcanzar el siguiente, que será repeler el primer lanzamiento de un contrario de esta categoría. Al hacerlo, podrá degustar todo un dulce deportivo con el olor a resina de los balones. Es el siguiente paso de una escalada hacia la élite con pasos en el Carballal, la selección y, ahora, el Cisne.n

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