CARLA RIVAS. Jugadora redondelana del Sporting La Rioja

"Estoy bien, pero espero poder volver a casa algún día"

Carla Rivas realiza un lanzamiento a portería con el Sporting La Rioja.
photo_camera Carla Rivas realiza un lanzamiento a portería con el Sporting La Rioja.
Carla Rivas (Redondela, 27 años) renovó por una campaña con el Sporting La Rioja de Logroño tras quedarse sin ascenso por una décima en el coeficiente de puntos.

Su equipo sumó 1,81 puntos por encuentro por los 1,82 del Pereda, campeón de su grupo. Llegó al equipo riojano en el verano de 2017, pero "no me quedaré para siempre, como Galicia no hay nada". 

¿Está asentada en el equipo?
Este es mi cuarto año. El primero llegué aquí y comencé a trabajar en el Decathlon además de jugar. Ahora ya estoy en una oficina como administrativa y esta temporada fue una pena porque creo que en la fase de ascenso íbamos a dar nuestra mejor versión. No tener opción de subir fue una pena. Subió el Pereda, con el que estábamos practicamente empatados porque teníamos dos puntos menos y un partido menos. No ascendimos porque ellas nos habían superado en los enfrentamientos directos. De hecho, nosotras fuímos más regulares, pero en esos encuentros no tuvimos un buen día, especialmente en el primero al que llegamos con muchas lesiones. Si ahora volvemos a jugar, seguro que el resultado es difernte. Creo que nos superaron más por culpa nuestra que por otro motivo. Una pena. 

¿Cómo se vive el no ascender por tan poco?
Lo ves con un poco de rabia porque, por coeficiente de puntos, seríamos el tercer equipo, pero al subir el primero de cada grupo, quedamos fuera. Somos la parte perjudicada. Hay que ver de cara a la próxima temporada, estamos haciendo un buen equipo y contamos con clasificarnos para la fase de ascenso y después llegar a División de Honor. Además, al subir cuatro equipos, se supone que lo tendremos un poco más sencillo. 
 
Llevan varios años intentando el ascenso, parece que es un club constante, con un proyecto estable. 
El Sporting La Rioja ya lleva varias temporadas trabajando para eso. Parece que tenemos algo de maldición. Siempre se nos lesiona alguien antes de la fase final o sucede una desgracia. Si conseguimos entrar, sería nuestra tercera fase de ascenso. Se está trabajando bien, van a venir buenos refuerzos y nos falta ese punto de suerte. 

Llegó para una campaña y alcanzará las cuatro.
Me fui del Balonmano Porriño porque ya estaba muy cómoda después de nueve años. Me encontraba en esa zona de confort y quería probar la experiencia de salir. Me planteé irme de casa y jugar una campaña fuera en un equipo nuevo y que intentaba subir a División de Honor. Me hablaron bien del club y me animé. Después, tras la primera temporada, tenía intención de cambiar pero me hicieron una contraoferta y, sobre todo, me buscaron trabajo de lo mío. Con esas condiciones, acepté y fui sumando año tras año. Al final, ya estoy de nuevo en una zona de confort, muy a gusto con las compañeras y en el ámbito laboral. Tener trabajo de lo que estudié es un factor añadido importante. Tuve ofertas algún verano, pero al poder trabajar, opté por seguir. Aún así, mi intención no es quedarme en Logroño para siempre. Me gusta esto pero como Galicia no hay nada. Espero volver a casa algún día, cuando se pueda, especialmente en el ámbito laboral. En el balonmano, y más en el femenino, no se puede vivir al 100% y todas las jugadoras tienen un trabajo o los estudios. Y lo tenemos que compaginar. En División de Honor Plata se facilita esto e, incluso, cuando estaba en el Porriño también sucedía. Había pocas jugadoras que fueran totalmente profesionales y ahora tenemos que ver cómo afecta el coronavirus porque igual baja todo. 

¿Mantiene las ganas de volver a casa?
La verdad es que sí porque tienes a la familia y a los amigos... Con la competición y el trabajo, casi no puedo viajar a Galicia. Tengo una hermana pequeña y la veo dos veces al año. Cada vez que estoy con ella, me parece que está enorme... Merece la pena porque la carrera deportiva, especialmente de las mujeres, es más corta y tengo que aprovecharla ahora, ya que es lo que me gusta. Tiempo a regresar siempre hay. Debo aprovecharlo porque estoy genial con el trabajo y las compañeras en el equipo y ahora veremos si podemos culminar esto con el ascenso, que estaría muy feliz de cumplir el objetivo por el que vine aquí.
¿Tuvo opciones de volver a División de Honor? 
Algunos contactos existieron, siempre hay gente que pregunta al estar en un equipo de División de Honor Plata de la zona alta. Siempre es así, pero ahora esperamos poder ascender. La verdad es que ya tengo ganas de jugar en División de Honor. Cuando veo por la televisión el programa de Guerreras Iberdrola, te entran esas ganas. Te preguntas, ¿y si siguiera en Porriño? Se mira como de otro modo... No sé. Sí es cierto que, cuando pongo un poco la televisión, lo echo de menos. Es cierto que, en División de Honor Plata, tenemos un grupo de rivales fuerte, pero el resto de partidos se ganan fácil. No hay mucha competencia e igual arriba lo pasaba mejor porque hay más nivel.  

¿Todavía conserva amigas de su etapa en el Porriño? 
Después de tanto años en un club, si no te haces amigas, sería un poco extraño. Con Sarai Samartín, Lorena Pérez, Alba Dapena... Me llevo amistades muy grandes. Pasamos muchas horas juntas y muchos momentos. Mantenemos el contacto e, incluso, me vienen a visitar de vez en cuando aquí. Hablo a diario con ellas y ahora con Lorena estoy haciendo un curso de entrenadora territorial. Para que un equipo triunfe, el 70% es que las compañeras se lleven bien, tanto dentro como fuera del campo. Puedes tener un mal día, pero llegas al entrenamiento y una compañera te da un palmada, te anima, y ya te pones al 100%.n

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