Estela Doiro, jugadora guardesa campeona de liga con el Málaga

Estela Doiro: "Conseguir esta segunda liga es muy bonito y lo es más al ver el pabellón lleno"

Estela Doiro posa con el trofeo de campeona de División de Honor, que conquistó con el Málaga.
photo_camera Estela Doiro posa con el trofeo de campeona de División de Honor, que conquistó con el Málaga.

Estela Doiro (A Guarda, 28 de diciembre de 1990) conquistó el pasado miércoles el título de liga con el Málaga tras superar al Elche en el tercer partido de la final de División de Honor. La miñorana suma su segunda competición liguera tras la obtenida en 2017 con el Guardés. “Aquella la llevo guardada a fuego”, admite, pero también destaca que la de esta semana “resultó muy emocionante porque era la primera del club y por toda la gente que había en el pabellón”. Además, en el partido decisivo, la guardesa anotó seis tantos. Clave en la victoria. 

¿Cómo vivió  esa victoria?

Estamos muy contentas por la victoria y porque el pabellón estaba espectacular. Había un montón de niños y niñas y poder disfrutar con ellos un título de liga con la gente que te apoya es algo sensacional. Estamos muy contentas. 

¿Ganar la liga era un objetivo?

A principio de temporada, el título de liga no era un objetivo como tal. Sí que es verdad que queríamos pelear todos los títulos que teníamos por delante e intentar conseguir alguno. Pero sí que es complicado porque había rivales con plantillas muy buenas y, al final, pudimos hacerlo con este formato de ‘play-off’ al terminar la liga regular. 

¿Cómo valora la final?

El Elche es un rival muy duro. Cuando ganamos al Rocasa me preguntaron a quién preferíamos, si al Elche o al Bera Bera, y yo tenía claro que cualquiera de los dos equipos iba a ser muy complicado. El Elche es un equipo que me gusta mucho, especialmente su defensa, que es muy dura y, además, juegan muy bien. Los tres partidos fueron muy ajustados. El primero lo perdimos, el segundo, lo pudimos sacar por uno o dos, y en el del miércoles sí que estuvimos algo más tranquilas en los últimos cinco minutos, pero nada más. Si tengo que llegar a los cinco últimos minutos ajustados, creo que me iba a dar algo. Al perder el primer partido, ya fue decir: no se va a terminar nunca esta temporada, dura hasta el último día de mayo. Pero que siempre sea por esto y por poder ganar.

¿Qué le pareció el formato con eliminatorias para resolver el título?

Fue una sorpresa y resultó positivo porque los pabellones se llenaron y tienes emoción hasta el último momento. Es cierto que la regularidad como tal no se premia al 100%. Por una parte sí está valorada porque tienes esa primera fase de liga que te permite tener el factor campo y, si eres campeón, también tienes un puesto asegurado en Europa. Pero con el formato de siempre, el Bera Bera hubiese sido campeón a falta de cuatro jornadas y esa emoción que tuvimos después no se hubiese dado. Y no se hubiesen llenado los pabellones como en este tramo final de los ‘play-off’, que fue algo increíble ver los pabellones así. Y es algo que gana el balonmano. Ayuda a que los niños se sumen, a que los patrocinadores se sumen y a que se vea más nuestro deporte. Por eso, creo que es positivo. 

Con los pabellones así, ¿se nota más la presión?

La experiencia te da un plus y, aun así, estos partidos son de emoción, de nervios y de ganas.  Y también son los que gusta jugar. Tienes ahí el gusanillo y te quedan grabados en la mente. Tanto a las veteranas como a las jóvenes, nos quedarán en el recuerdo.

Y usted con seis goles, siendo decisiva. 

Estoy contenta por poder ayudar, pero ya no es solo por los goles y el rendimiento personal. Es por ayudar al equipo y colaborar para que la liga se quedase en Málaga, que era el título que faltaba al club y teníamos mucha ilusión puesta en ello. Mis goles ayudaron, como el de otras compañeras y las paradas de las porteras. 

¿Acabó bien la temporada?

Termino muy bien y me está pasando últimamente mucho. En el tramo final acostumbro a estar mejor en el tramo final que al principio, aunque el cuerpo lo va notando. Al despertarte al día siguiente del partido, cuesta un poco más. Pero sí que me encuentro bien y, a nivel de juego, estoy bien. Aun así es necesario un descanso. Más que a nivel físico, a nivel mental. Tengo que recargar pilas porque este ‘play-off’ te mete en una dinámica de miércoles-sábado, miércoles-sábado. Nosotras pudimos ganar en dos al Rocasa y sí que quitamos un partido ahí, pero esta semana ya estaba perdida. No sabía el día en el que estaba. Me despertaba y tenía que pensar y ver por la ventana si estaban los comercios abiertos o no. Cuando estás en esta dinámica también vas con la inercia y el mes se me pasó volando. 

¿Pueden preparar cada partido?

Lo que hicimos en el Málaga fue preparar ciertas cosas puntuales, de errores que cometimos, o añadir algún matiz a nivel táctico ofensivo o defensivo para intentar sorprender. Pequeños detalles porque no te da para preparar mucho más. Todo con mucho vídeo y, a nivel de pista, esas pequeñas cosas precisas. Sin más, porque no hay tiempo real. Y sí que nos conocemos mucho los dos equipos. Contra el Elche, a tres partidos, sabes lo que va hacer cada equipo. Sí que puede intentar cambiar ciertos aspectos tácticos para dar la sorpresa, pero conoces a las jugadoras y el sistema táctico ya se conoce mucho. El equipo que comete menos errores es el que se termina llevando estos encuentros. 

¿Qué diferencias encuentra con la primera liga que ganó con el Guardés en 2017?

Es diferente. El Guardés fue en liga regular, en una temporada que fue emocionante y que ganamos en el último partido en casa. Era el primer título que conseguía y lo logré con el equipo de mi casa, de mi tierra. Ese lo guardo a fuego dentro de mí. Fue superbonito. Este también lo fue, no era el primero, pero sí que lo era para el club. El poder conseguir el título de División de Honor con otro equipo es muy emocionante. Y lo es más el ver cómo estaba de lleno el pabellón de Carranque. Resultó algo espectacular, sobre todo, por el cambio y el crecimiento del club de cuando llegué a la actualidad. Hay mucha más afición. 

¿Notaba la tensión en la gente del club por ser esa primera liga?

Sí, sí. Todo el mundo estaba expectante y con ganas. Y, por supuesto, con mucha ilusión y con el nervio porque también se puede perder. Esto es deporte y habría que asumirlo. Estaba al alcance de la mano y hay ese gusanillo. Pero también son unos nervios bonitos por poder disputar el partido. La tarde del miércoles se me hizo interminable. Decía: por favor, que llegue ya la hora del partido. No sabía cuantos cafés me iba a tomar… Pero el final, al ganar, te lo compensa todo. 

Renovó usted y el equipo se refuerza bastante. Tiene buena pinta, pero le llega competencia en su puesto. 

Hay más competencia, pero si se quiere hacer un equipo fuerte y que luche por lo títulos, tienes que disponer de una plantilla completa y existir esa competitividad sana entre nosotras. Habrá tiempo para todo el mundo y creo que, con la gente que vendrá, se puede dar un salto de calidad. 

Ganar la liga tiene como premio jugar la European Liga, en lugar de la European Cup. Igual no es una buena noticia. 

Es verdad que nos costará más llegar a fases finales porque nos enfrentamos a rivales que son mejores. Es obvio. Pero también es bonito poder jugar contra equipos de ese nivel. Tiene su encanto. Será más difícil pasar eliminatorias, pero tiene esa satisfacción de competir contra equipos de gran calidad. A mí me gusta mucho jugar los partidos complicados, son en los que se te mueven cosillas por dentro. Es atractivo jugar contra jugadoras de gran calidad, de equipos potentes y hacerlo de tú a tú. Es bonito poder hacerlo. 

Ya tiene 32 años, ¿sigue con ganas y en forma?

Me cuido mucho para ello. Respeto los descansos para poder estar bien y mantenerme. Físicamente, en la actualidad, no me puedo quejar. Los años pasan y parece que sigo igual que con 25, pero los años pasan y pesan. Además, también hay vida más allá del balonmano y nunca se sabe cuándo va a llegar. Estoy aprovechando cada momento que me da el deporte, que no sé el tiempo que me quedará. Mientras el cuerpo y la cabeza me respondan, continuaré. Para eso tengo que tener las mismas ganas e ilusión, tienen que respetarme las lesiones y, además, que haya equipos que cuenten conmigo. Si no los hay, adiós. Pero sí que estoy con ganas.

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