Cuando baja el calor del verano y la niebla húmeda sustituye al sol en el alto de Puxeiros llega el momento esperado por el rocódromo Mg12 para iniciar la temporada y lo hace con su competición ‘Open’, que sirve para el comienzo del curso. “Para dejar el verano atrás y afrontar el invierno”, explica el responsable de la instalación deportiva, Alfredo Lago.
Y, así, a pesar de ser una competición interna, junta a sesenta deportistas. “El cupo que tenemos por motivos de espacio y disponemos de una lista de espera de dieciséis”, añade. El evento será el sábado a partir de las 10:30 horas y pensado de una forma integradora, de forma que puedan competir todos los deportistas independientemente de su nivel.
Se dividen en tres grupos. Uno de iniciación, otro intermedio y un tercero para los más expertos. “Para aquellos que entrenan duro”, expresó Lago. Eso sí, la competición será equilibrada porque se establecen siete bloques con esos tres niveles: “El que supere uno de su nivel suma dos puntos, el que supere uno de nivel inferior se lleva medio punto y el que logre pasar un bloque de una categoría superior a la suya recibe cuatro puntos”, indica el responsable. De esta forma, se compensan las fuerzas entre los diferentes participantes. Eso sí, “al terminar, se suman los puntos y al que gana le damos una medalla y un aplauso”.
No habrá nada más porque la idea de la sesión es “juntarnos todos, pasar la mañana divirtiéndonos con la escalada y, al final, hacemos una pequeña fiesta y realizamos un sorteo con regalos”. Será el final de fiesta para una jornada de mucha confraternización y también deporte en las instalaciones del Mg12. La cita es de escalada y, en este caso, en la disciplina de bloques, que consiste en superar zonas de diferente dificultad desde el suelo hasta una altura determinada.
“Cada bloque está pensado para obligar al escalador a realizar un determinado movimiento y siempre dependerá de las características físicas del deportista”, indica Alfredo Lago. El recorrido “está marcado el trazado por el color de las presas. Tienes que seguir la ruta por las de un mismo color”, añadió el responsable.
Los colores también marcan la dificultad y la misión de cada uno de los escaladores es subir sin caerse aunque, como admite uno de los deportistas, “es más habitual caerse que pasar”. Así se entrena y mejora desde las rutas más sencillas hasta las de exigencia, que tienen algunas con posiciones de desplome, casi horizontales al suelo. “En la zona de desplome es importante el uso de las piernas y, aunque parezca lo contrario, es lo que nos ayuda a avanzar. Y, cuando se pierden los pies, hay cierto descontrol y exige mucho más físicamente”, razona Lago. En el fondo del rocódromo dispone de estos lugares de especial dificultad. Bloques complicados y largos que todos quieren hacer, pero pocos los consiguen. Y las caídas se suceden.
Sobre el funcionamiento de un rocódromo como el Mg12, el responsable expresa que “esto funciona como un gimnasio y, también, como un parque de bolas para adultos. Puedes anotarte pagando una mensualidad como en el gimnasio o venir con acceso libre y pagar un día, echar la jornada aquí y hasta la siguiente”.
Y, como indicativo de edad, manifiesta que “ponemos siete años de edad mínima. Para deportes tan técnicos, no merece la pena niños más pequeños porque vienen más con idea de jugar que de escalar y, la verdad, esta es una disciplina técnica y en la que puedes hacerte daño al caer”, manifiesta Lago. Pocos pequeños hay, pero sí muchos adultos de edad baja y algún veterano ilustre. “Una vez que lo pruebas es como una droga”, razona uno de los deportistas, con las manos llenas de magnesio.