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El trío de los 120 años

Maka Tatafu, Mauro González y Carlos de Cabo, al finalizar el partido ante el Eibar en As Lagoas.
photo_camera Maka Tatafu, Mauro González y Carlos de Cabo, al finalizar el partido ante el Eibar en As Lagoas.
El Kaleido Vigo reúne en la línea a tres de los jugadores más veteranos de su plantilla 
Tres jugadores que suman hasta 120 años en las tres posiciones centrales de la línea de tres cuartos. Tras varias pruebas en el inicio de la campaña, el Kaleido Vigo disputó los últimos tres partidos con Carlos de Cabo, a sus 43 años de apertura, y Mauro González, de 35, y Maka Tatafu, que suma 42, como pareja de centros. Una combinación marcada por la experiencia y los muchos años de rugby. Entre los tres alcanzan la cifra de los 120 años, que están congregados en tres posiciones contiguas. 
"De Cabo y yo ya llevamos años jugando juntos en la línea, pero este año, por necesidades y también para cuidar a Maka Tatafu, lo pusieron en la línea de tres cuartos. Lo han traído aquí porque en carrera tiene potencia, pero ya no está para tantos golpes como antes. Lo trasladó ahí para evitar las rotaciones delante", explicó Mauro González. De hecho, el traslado del tongano desde la zona de delanteros hasta la línea es una de las principales novedades de la escuadra viguesa para este curso. Llega por necesidad, al disponer de muchos jugadores en el paquete de delanteros, y también "para ganar experiencia", explica De Cabo. " En los primeros partidos igual teníamos gente con un poco menos de experiencia y era algo que se notaba en ciertos instantes porque aparecía el nerviosismo e igual no se tomaban las decisiones correctas", añade. 
Otro motivo por el que el técnico Pablo Cabrera optó por esta solución es para ganar algo de contundencia en el contacto, tanto en defensa como en ataque. "Nos pide defensa porque saben que es ahí donde se ganan los campeonatos. El ataque gana partidos, pero atrás es donde se marcan diferencias. Nosotros tres tenemos fama de ser buenos placadores, de no dejar pasar a los contrarios, y tenemos que esforzarnos ahí. Los oponentes, normalmente, traen a centros foráneos porque son posiciones específicas y que permiten poner en ventaja al equipo. Para combatirlo, nos puso a nosotros", expresó Mauro González. 
El rugbier también incide en que la gran novedad en esta zona del campo es contar con Tatafu, que pasó casi toda su carrera en el paquete de delantero. "Creo que de juvenil llegó a jugar donde lo hace ahora", matiza De Cabo. Por su parte, González explica que es uno de los jugadores que tiene más relación con el polinesio porque maneja bien el inglés "y desde que llegó me relacioné más con él. Al hablarlo bien, es algo que ayuda". Nunca pensó tenerlo tan cerca en el campo durante el juego y explica que "en el primer partido ahí atrás le costó, porque el ritmo es diferente. Al existir más espacio, no puedes ir a hacer un súper placaje, pero sí un placaje efectivo. Estaba acostumbrado a ir más despacio para medir el 'timing', pero en el segundo y, sobre todo, en el último partido ante el Eibar, sí que funcionó mejor y por nuestra zona apenas pudieron rompernos". 
Sobre su nuevo compañero en la pareja de centros, el experto Mauro González añade que "en ataque ya sabemos que va a aportar, es una de nuestras armas. Jugar una posesión con él y después relanzar al equipo. A esto se añade que los rivales también le mandan un par de defensores para pararlo y es algo que nos da ventaja. Acumula dos o tres jugadores en cada percusión y se generan espacios en las puntas". 
A nivel personal, el rugbier se encuentra contento con el cambio dado por Pablo Cabrera al equipo porque "el planteamiento es mucho más profesional, con entrenamientos ágiles y dinámicos y un gran trabajo de vídeo". A esto añade que "tengo todas las ganas del mundo, siempre que puedo, juego. Además, cada partido disfruto al máximo y cada día me gusta más el rugby. Igual es porque veo el final más cerca. A su edad no llego, pero un par de años o tres, espero seguir". 
Por su parte, De Cabo, a sus 43 años, tiene el cartel de mayor del equipo, aunque para él la demarcación de apertura es una novedad. "Estaba acostumbrado a otras posiciones en la línea y a la de medio de melé, pero nunca había jugado ahí. Todavía tengo que adquirir cosas, pero no estoy incómodo", afirma. Eso sí, en su evolución, esta semana ya conversó con Pablo Cabrera y admite que el técnico "no me pidió grandes cosas en los primeros encuentros, pero ahora sí que en la última sesión de vídeo me comentó el entrenador que tenía que atacar más la defensa contraria, no sólo pasar como hacía hasta ahora. En los entrenamientos sí lo estaba haciendo más y tengo que trasladarlo a los partidos". 
Una obligación de ser más determinante en ataque que deben buscar todos los jugadores de la escuadra viguesa porque, si con los últimos cambios el equipo mejoró en la faceta defensiva, todavía tiene que hacerlo para generar más desequilibrios en el oponente. "Intentaremos seguir mejorando y, aunque no llegue un buen resultado en este partido, ya llegará en los siguientes porque estamos asimilando el sistema de juego", expresa Mauro González. 
Una prueba de fuego llegará este domingo (12:00) ante el Gernika en As Lagoas. El conjunto vasco marcha en la segunda plaza y es un candidato a regresar a División de Honor. Por lo tanto, la escuadra local intentará ponerlo en problemas y, si pueden, buscar un triunfo porque "en la ida teníamos diez o doce bajas y ahora sólo repetirán seis o siete jugadores", aclara Mauro González. 
En todo caso, el vigués, su compañero Tatafu y también Carlos de Cabo intentarán aportar de nuevo su experiencia y su capacidad defensiva en un jornada que se presume de mucho trabajo por el potencial del rival y, también, mucho barro. La previsión es de lluvia fuerte en As Lagoas.n

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