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El diablo es mi amigo

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Los remeros exprimen la máquina de ergómetro para mantener la forma en la cuarentena

Salvo tres o cuatro enfermos", como reconoce Benjamín Vázquez, entrenador de Tirán Pereira, la máquina de remoergómetro es el demonio, el elemento que más odian los remeros por su extrema dureza, su capacidad para llevarte al límite y el inevitable aburrimiento. No obstante, estos días de confinamiento "quien tiene uno, dispone de un tesoro", expresa el técnico de Samertolameu Dani Pérez.
La máquina, que cuenta con competiciones oficiales e, incluso, Campeonatos del Mundo, es una de las mejores de carácter indoor para el trabajo físico y, a diferencia de otras como la bicicleta estática o la cinta, "se hace duro, monótono y complicado. Pero es cierto que, a nivel físico, se trabaja muy bien y entrenas todo el cuerpo", expresa Vázquez. Por este motivo, los entrenadores de las traineras de la Ría de Vigo se esforzaron en repartirlos antes de decretarse el estado de alarma entre sus integrantes. Lo hicieron los clubs moañeses, pero recurrieron a este método otros como Virxe da Guía, Chapela o Club de Remo Vigo, que está centrado en la modalidad de banco fijo. Vázquez explica que "tuve que adelantar dos descartes para la temporada porque no tenía aparatos para todo. Repartió quince, que complementaron a los remeros que ya tenían la máquina en propiedad. Menos suerte tuvo el conjunto femenino. "Sé que la directiva intenta hacerse con más, pero ahora mismo están agotados en muchos sitios". 
Por su parte, Samertolameu lo llevó mejor. Dani Pérez explica que "justo esta temporada invertimos en ese material y repartimos hasta 25, aunque alguno de ellos no tiene pantalla para ver los datos". En su caso, "las mujeres también pudieron apañar con préstamos y lo remeros que no tienen, poseen elípticas o bicicletas estáticas". Todo se precisa para mantener la forma.
No obstante, ambos técnicos quieren dejar claro que el entrenamiento en casa va más allá del remoérgometro. "La preparación no es subirse a la máquina y hacer kilómetros y kilómetros. Como todo deporte, si lo único que haces son sesiones largas de esa disciplina, lo que haces es terminar con lesión. Hay que tener cuidado y seguir con el trabajo de fuerza. Buscamos ejercicios diferentes, pero que son compensatorios. No puedes trabajar con cargas altas, vas a la prevención de lesiones, pero tienen tanta importancia como las sesiones de ergómetro. Pasarse puede llevar a una lesión y fastidiar la temporada", advierte Dani Pérez.
El moañés es un verdadero estudioso de la preparación física y, en su caso, admite que debido al confinamiento "recurrimos a una metodología que se conoce, pero normalmente no acudimos a ella porque en el club tenemos un tiempo limitado para trabajar. Por eficiencia no tiene sentido, pero ahora con más horas en casa sí que estamos tocando aspectos de movilidad, flexibilidad o fuerza isométrica..." Unos cambios que le permiten "tener un trabajo más individualizado que nunca porque antes la mayoría de los datos que tenía eran del rendimiento de la trainera en el mar, ahora son todos individuales de cada remero".
Una situación en la que también está Benjamín Vázquez. Admite que "para trabajar la fuerza, tenemos que poner imaginación. Es imposible hacerlo como antes porque no hay elementos". La precariedad de recursos es notable y, en su caso, con falta de espacio porque "yo mismo tengo el ergómetro en el salón de casa porque no dispongo ni de terraza y un compañero lo tiene en el trastero. Por ahora, por el calor o la falta de aire, sí noto que el rendimiento no es igual al que damos en el club". 

Un temporada a ciegas
En lo que coinciden ambos técnicos es que la campaña de traineras, que comienza entre junio y tiene en julio y agosto su parte central, estará condicionada por la falta de sesiones en equipo. "A nivel de conjunto, de compenetración, y a nivel técnico, van a quedar muchos aspectos atrasados. Pero será para todos. Ahora, lo importante es la salud y el remo es secundario, pero existe ese trabajo de invierno que tenemos todos y que vamos a perder", explica Dani Pérez. Una situación que corrobora el técnico de Tirán Pereira. "Con la mejoría del tiempo, es cuando llevaba la preparación de ritmo, acoplar el barco y decidir puestos y pesos. Queda en suspenso todo y ahora nos convertimos en teleentrenadores", explica Benjamín Vázquez. 
Llegan semanas de espera, de "mantener la esperanza y tener confianza en poder volver", precisa Vázquez. Dani Pérez admite que "la planificación irá cambiando en función de la evolución de la situación. También hay que ser un poco flexibles".

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Los remeros de Vigo y el área metropolitana mantienen el entrenamiento en los ergómetros, ya que no pueden salir al mar. 

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