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El Celta no sucumbe al olvido

Los residentes de DomusVi Vigo pasaron el pasado miércoles por Balaídos en una visita que incluye el programa del taller.
photo_camera Los residentes de DomusVi Vigo pasaron el pasado miércoles por Balaídos en una visita que incluye el programa del taller.
La agrupación de exjugadores desarrolla talleres de memoria en residencias de Vigo con el fútbol de resorte
El fútbol es una excusa. Pero una excusa emocional y motivacional. La Agrupación de Antiguos Jugadores del Celta comenzó el pasado año a organizar un taller de reminiscencia y fútbol, una herramienta puesta en marcha por la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos (FEAFV) que persigue ser un catalizador de la memoria de las personas mayores. Las residencias están siendo los cómplices necesarios para que ya centenares de ancianos de toda España se hayan valido de este deporte para no sólo ejercitar sus recuerdos, sino también crear otros nuevos gracias a la convivencia que provocan este tipo de actividades.
"Hay residentes que no pueden recordar lo que comieron el día anterior pero fueron capaces de recitar el equipo titular del Celta de los años 70", explica Ángeles Ramírez, directora del centro Ballesol en Vigo, que acogió este taller el pasado año. "El fútbol era muy importante en la vida de muchos de nuestros residentes. Surgen anécdotas todos los días. Como la señora que no hacía la comida para su marido si el Celta perdía", corrobora Raquel Pomares, técnica animadora sociocultural de DomusVi Vigo, centro que ahora mismo está viviendo los tres meses de sesiones semanales impartidas por los responsables de la asociación de exjugadores.
En los dos casos, la iniciativa surgió de las cadenas de residencias, que entraron en contacto con la FEAFV, y fue acompañada por los excélticos, que se volcaron con ella. Enrique Sánchez, Waldo Otero, Jesús Sánchez y Nacho Cantero, entre otros, han llevado la voz cantante. El programa incluye charlas apoyadas con fotografías, vídeos y objetos, visitas a Balaídos y a entrenamientos del primer equipo o visitas de exjugadores afamados, con Vlado Gudelj como el preferido.
"Es una muy buena idea y la acogida ha sido muy buena", señala Pilar Pomares. "Y no sólo se centra en el fútbol, sino que también hay materiales sobre Vigo en el pasado. Muchos de los residentes hombres jugaban y las mujeres, aunque no lo hacían, eran socias del Celta o lo seguían", añade.
Ángeles Ramírez, tras haber completado el taller en su pasada edición, enumera sus beneficios: "El ejercicio de memoria colectivo les supuso mejorar la atención sobre una actividad, recuperar el interés por algo. Les ha ayudado a conocerse tejiendo  las relaciones sociales a través del fútbol. Y les ha mejorado la autoestima al ser partícipes de un proyecto y ser reconocidos por lo que aportan". En algunos casos, han comprobado que "se retrasa el deterioro cognitivo". Además, destaca el valor emocional del fútbol: "Con los años nuestras facultades menguan pero nuestras ilusiones crecen. Y eso es lo que genera el fútbol: emociones y ganas de vivir".
El perfil de los residentes que acuden a estos talleres es muy amplio. Desde un punto de vista profesional, Raquel Pomares considera que estas actividades están destinadas a personas con un daño cognitivo leve o con ninguno.  De lo que no hay duda es que resulta del gusto de los asistentes. "No hay día que no me pregunten cuándo se pueden apuntar al siguiente taller. Y el hecho de que desde el primer día no haya faltado nadie, cuando la asistencia es voluntaria, dice mucho de este proyecto".n

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