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Doce uvas por anticipado

David Iglesias ha dado un paso adelante esta temporada en todas las facetas del juego.
photo_camera David Iglesias ha dado un paso adelante esta temporada en todas las facetas del juego.
David Iglesias anotó una docena de goles en el primer triunfo del Cangas esta temporada

La liturgia de la noche de fin de año tiene un potente simbolismo. Doce campanadas, doce uvas y, de repente, cambio de ciclo. Dejar atrás lo malo. Dar la bienvenida a lo bueno. Un ritual especial, mucho más en este difícil 2020. Para ese momento falta exactamente un mes. Pero David Iglesias decidió adelantarlo el pasado sábado, con una docena de goles que guiaron al Cangas hacia su primera victoria de la temporada frente al Nava (21-19). Punto de inflexión. "Necesitábamos ganar ya. Era una final en pleno noviembre", resume el protagonista.
A sus 21 años, el primera línea de Bueu inicia su quinta temporada en O Gatañal. Transmite madurez y timidez a partes iguales cuando habla. Sobre todo, humildad. Y al contrario que en la pista, se esconde cuando le toca hablar de su actuación. "Tuve el día dulce, como se suele decir. Esta vez entraron casi todos", susurra con una leve sonrisa nerviosa. "Puede que sea mi mejor partido en Asobal, desde luego en estadísticas sí", reconoce, antes de girar el juego hacia lo que realmente le interesa: el colectivo. "Este año hay muy buen grupo y todos aportan. Hasta el que no juega. El partido lo ganó el equipo", afirma, ahora sí con rotundidad en su discurso.
El caso es que Iglesias anotó más de la mitad de los goles del Frigoríficos. Llamativo. Pero es casi imposible ganar solo en un deporte colectivo. El conjunto morracense completó la faena con un trabajo defensivo que dejó al Nava en seis goles al descanso. "Impresionante", sostiene el buenense, que destaca el "partidazo" de todo el equipo en defensa y de Javi Díaz bajo los palos.
Precisamente, veteranos como el portero rosaleiro, Alen Muratovic o Dani Cerqueira han sido clave en el asentamiento de Iglesias en la categoría. "Me dan muchos consejos. Tener gente así en el equipo es una gloria", explica David, que considera que la plantilla tiene "una mezcla perfecta de veteranía y juventud". 
Como la suya. Aun así, pese rondar la veintena ya asume un peso en el equipo equiparable al de compañeros con más experiencia. "No, no, para nada", se apresura a decir. Puede que no sea así a nivel vestuario. Pero la pista es otro cantar. Así lo atestiguan sus números como máximo goleador del Cangas este curso. "Ahora me toca coger responsabilidad aunque no siento que sea algo exclusivo. A veces estás bien y toca remar", reconoce.
Un mensaje optimista de cara a lo que el Frigoríficos tiene por delante en este fin de año adelantado. Con ganas de cambiar de ciclo. Pero dicen que no se puede ganar el futuro si no conoces tu pasado. Y David Iglesias lo tiene presente cuando recuerda su llegada al club en el verano de 2016, con solo 17 años. "Era un pipiolo", manifiesta. "Todos tuvieron mucha paciencia conmigo y me trataron muy bien", añade el buenense, que se prendó del balonmano en su pueblo, sin saber muy bien la manera. Como los mejores enamoramientos. "Con seis años iba a psicomotricidad. Probé varios deportes, tenis, natación, taekwondo y al final me decanté por el balonmano. Se me dio por coger el balón en las manos en vez de la raqueta", recuerda entre risas "Y al final parece que decidí bien", añade.
Vaya que sí. Tanto en Bueu como en Cangas ha sentido la pasión con la que ambas localidades viven este juego. "En los dos equipos en los que he jugado, se vive de una forma increíble y me siento agradecido por ello", destaca David, que solo mira al futuro hasta donde le alcanza la vista. "Mañana hay que volver a ganar", advierte sobre el choque frente al Sinfín, de nuevo en O Gatañal (20:30). "Es otra final y así la encaramos. Tuvimos una el sábado pasado y tenemos otra el siguiente en Guadalajara", explica totalmente concienciado. Y más allá de ahí, nada. Solo los siguientes pasos."Lo que quiero es vivir el presente y no miro más allá. El objetivo principal y prioritario es dejar al Cangas en Asobal este año. Luego ya se verá", concluye Iglesias, todavía con el sabor de las uvas en la boca. ¡Feliz año!n

"Arrancar y parar pesa a nivel psicológico"

 El Cangas está inmerso en un maratón de partidos -ocho en mes y medio-. El motivo, recuperar el parón de tres semanas, con confinamiento incluido, que motivó un brote de coronavirus en el equipo. "Se hace duro", reconoce David Iglesias, que se centró en trabajar en casa, tanto a nivel físico como intelectual -está en tercero de Magisterio-. "Intentas tener el mayor tiempo posible ocupado porque sino se lleva mal", confiesa.

Pero todo pasa. Todos los contagiados superaron sin grandes contratiempos la enfermedad y el Frigoríficos volvió a jugar el pasado 4 de noviembre en la pista de Anaitasuna. Y pagó el pato de la inactividad (38-24). A partir de ahí, con trabajo, los jugadores han recuperado sensaciones hasta lograr el primer triunfo del pasado sábado. "A la vuelta costó un poco arrancar pero no nos podemos escudar en eso. Ahora hemos encontrado el ritmo de competición y con esta victoria también llevaremos mejor el estado anímico", destaca el lateral.

El mal trago se superó. Pero la incertidumbre permanece. "Es una situación muy complicada y fastidiada", comenta Iglesias. Y es que la sombra de la suspensiones es muy alargada en la Asobal. "Un arranca y para constante", lamenta el buenense, que confiesa que al principio de la la competición no sabían si iban a jugar "hasta el momento del pitido inicial" por parte del colegiado. "Eso pesa a nivel psicológico", concluye el lateral morracense, que, no obstante, no pone excusas: "Hay que luchar igual".n

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