balonmano

El doble esfuerzo de la pista y las clases

Alicia Campo (izquierda) estudia Magisterio de Educación Primaria, mientras que Inés Hernández (dcha. arriba)                              prepara oposiciones y Estela Carrera cursa Psicología a distancia.
photo_camera Alicia Campo (izquierda) estudia Magisterio de Educación Primaria, mientras que Inés Hernández (dcha. arriba) prepara oposiciones y Estela Carrera cursa Psicología a distancia.
Hasta 13 jugadoras del Conservas Orbe Rubensa Porriño compaginan los estudios con el deporte, lo que obliga a flexibilizar los horarios del primer equipo  

Una amplia nómina de jugadora y, también, de estudiantes. El Conservas Orbe Porriño mantiene una filosofía clara en el primer equipo en el que intenta dar todas las facilidades e, incluso, impulsa los estudios de las jugadoras hasta el punto de que varias de ellas regresaron a las aulas en su estancia en el club. Un total de trece deportistas habituales con el equipo de Isma Martínez realizan algún tipo de actividad académica regulada. 

La de mayor edad es la veterana Inés Hernández, que, a los 34 años, continúa su labor formativa con la preparación de oposiciones. "Las tengo en 2022 y será la tercera ocasión en la que me presento. Voy poco a poco, para no agobiarme". En su caso, la primera línea expresó que "nunca había tenido ansiedad. En mi vida. Y, en la última, sí que tuve mucha ansiedad. Es como una lucha contrarreloj y parece que, cuanto más sabes, más te das cuenta de lo que te falta. Fue la que llevaba mejor preparada y la que saqué peor resultado por los nervios. Fue el primer año que estaba en Porriño, en 2018. Ahora intento adquirir de nuevo los hábitos de estudio, pero me cuesta", admite la andaluza. 

Y, en su caso, las dificultades no llegan por la falta de experiencia porque "ya terminé Magisterio de Educación Especial en 2010. Tengo claro que mi futuro es ser maestra porque me encantan los niños. De joven quería estudiar INEF, como muchos otros, pero no pude entrar. Finalmente entré en Educación Especial porque quería ir a Granada ya que había un equipo muy bueno allí y resultó un acierto, las prácticas me gustaron mucho", admite. 

Inés Hernández compagina los estudios con el trabajo en el club como entrenadora en los equipos de base. También en el ámbito de la educación se mueve la joven pivote Alicia Campo a los 21 años. En su caso, jugar en la División de Honor es toda una odisea horaria. "Entreno los cinco días a la semana por la tarde. Por la mañana voy a clases de Magisterio en un centro concertado adscrito a la Universidad de Vigo que está en la Avenida de Madrid y, como dos días entro un poco más tarde, voy al gimnasio de mañana. Además, por las tarde doy clases a niños", relata la pivote. Un día a día marcado por el estrés. "Me da la vida porque de 24 horas, estoy las 7 u 8 que duermo y, el resto, todo el tiempo activa. Cuando tengo exámenes o los chavales a los que doy clase los tienen, ando más saturada. Con los viajes, tengo que jugar un poco al tetris. Llevo así desde que comencé la carrera, hace tres años", explica Campo. 
De esta forma, la jugadora admite que "tiene que gustarte mucho lo que haces para llegar a este nivel. El esfuerzo de ir todos los días a entrenar y de acudir al gimnasio un par de días a la semana antes de las clases, en lugar de descansar, es muy grande. En los viajes estoy haciendo trabajos, en el avión y en el autobús, estudio... Cualquier momento es bueno". 
Otra de las veteranas del equipo, la guardameta Estela Carrera (29 años), fue uno de los casos que volvió a los estudios en las filas de Porriño. En su caso, para hacerlo, tuvo que superar las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años y entró en la UCAM murciana. "Desde que empecé a jugar de forma profesional al balonmano me centré en lo deportivo. Todos sabemos que esto se termina y necesitaba un futuro, pero no había encontrado nada que me gustase lo suficiente", explica la portera del Porriño. Si su compañera Inés Hernández descubrió pronto su pasión, la cancerbera admite que "no tenía vocación por nada, hasta hace un par de años. Tuve un par de malas etapas deportivas y me di cuenta de la importancia que tiene la psicología en el deporte. Me sirvió para cambiar el chip y me di cuenta de que me gustaría estudiar psicología. Nunca quise estudiar algo que no me gustaba ni me permitiese ser feliz. Si llego a estudiar algo, sería lo que me pudiera estar contenta y dar felicidad. A raíz de esa etapa mala, sí que me di cuenta que no tenemos ese apoyo de un psicólogo deportivo". 

La adquisición de rutinas
Una de las principales dificultades de las jugadoras de alto nivel es poder compaginar horarios con los entrenamientos y, sobre todo, dedicar el descanso a los estudios. "Me costó mucho porque llevaba mucho tiempo sin estudiar. Más de diez años sin hacerlo. Por el medio hice un ciclo medio, pero no lo terminé porque no me gustó. Son muchos años", admite Estela Carrera. Debido a ello, "siempre he admirado mucho a las compañeras que compaginan el ir a la universidad y entrenar. Yo, al ser a distancia, puedo estudiar de dos horas a ocho. Y, así, hay días que me canso. Me imagino a las compañeras que tienen que levantarse muy temprano para ir a clase y después a entrenar. Otras como Estela Doiro (en el Málaga), que ya está terminando su segunda carrera, me parece algo increíble". 
Una reflexión similar realiza Inés Hernández. En su caso, tras una dilatada trayectoria, conoció a muchas compañeras que compaginaban la faceta estudiantil con el deporte. "Las personas que son capaces de estudiar a la vez que jugar, son para admirar", expresa la jugadora. 

El inicio de Fátima Ayelén
Si Estela Carrera retomó la formación en O Porriño, también lo intenta Fátima Ayelén. En su caso, la argentina trata de entrar en la universidad a los 25 años con la prueba para mayores de esa edad. "Desde pequeña, el tema de estudiar me gustó. Lo que pasó es que, con los viajes y entrenar, no le di mucha importancia más allá de terminar el colegio. Estuve viendo este año para hacer el examen de acceso a la universidad. Tengo mucha ilusión", expresa la portera del equipo porriñés. 
En su caso, prepara los exámenes en la Academia Bastón. "Lo compagino bien, unos días voy de mañana y, otros, por la tarde. Tengo a finales de mayo los parciales", resume. Mientras algunas compañeras ya trabajan y otras enfilan la recta final de sus estudios, Ayelén todavía los comienza. Está en el lugar ideal.n

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