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Las disciplinas de combate, al borde del KO

La luchadora pontevedresa Lydia Pérez y el vigués Pablo García entrenan con el grupo de alto rendimiento del Centro Galego de Tecnificación.
photo_camera La luchadora pontevedresa Lydia Pérez y el vigués Pablo García entrenan con el grupo de alto rendimiento del Centro Galego de Tecnificación.
Deportes como el judo, el boxeo o las luchas olímpicas se enfrentan a una grave crisis por las restricciones impuestas en Galicia contra el coronavirus

Las restricciones impuestas por la Xunta a los deportes de combate están causando daños importantes a modalidades como el judo, el boxeo o las luchas olímpicas, que al no poder entrenar con contacto han visto cómo bajaba de manera drástica el número de practicantes y consideran que Galicia se está quedando atrás frente a otras comunidades autónomas que sí lo permiten.
"A nivel nacional, hay diez comunidades en las que está prohibido el contacto y siete en las que o no está prohibido explícitamente, y los clubes se acogen a eso, o está permitido", señala Pablo Pintos, director técnico de la Federación Gallega de Lucha, que recuerda que "en Galicia está prohibido el contacto, pero el mayor problema es que lo tenemos todo, menos la práctica deportiva. Porque ya tenemos un protocolo, pero el problema es que los ayuntamientos mantienen algunas instalaciones cerradas y algunas escuelas deportivas municipales no se pusieron en marcha. Entonces tenemos a los técnicos, tenemos el protocolo, la formación, los medios –porque la Federación Gallega va a repartir a cada club un punto higiénico con todo el material necesario–, pero no lo podemos poner en marcha porque Sanidad no permite el contacto y para los ayuntamientos lo primero es empezar el colegio y no nos dan cancha".
Antes de la pandemia, en Galicia había unas 30.000 licencias federativas de deportes de combate, una cifra que ha empezado a bajar ya considerablemente.
"Tenemos un Campeonato de España júnior y sub-23 en Murcia en un mes y a lo mejor participamos con gente que no ha podido pisar el tapiz en seis o siete meses. De hecho, la Federación Española podría organizar un campeonato en Galicia, porque tiene potestad para ello, pero los deportistas gallegos no podrían participar porque nuestra norma dice que no puede haber contacto. Sin embargo, en Murcia sí podemos luchar. Es así de duro", apunta Pintos, que señala que "en Galicia sólo pueden entrenar deportistas de alto nivel (DAN) que tengan opciones de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio. En nuestro caso, serían los campeones de España absolutos, que son seis, tres chicos y tres chicas: José Cuba y Carlos Giovanni, del Villalba, y Damián Iglesias, del Touro; además de Lydia Pérez, de Pontevedra y Nerea Pampín y Noelia Lalín, del Keltoi. Pero, por ejemplo, la instalación municipal del Vilalba está cerrada a cal y canto y, por lo tanto, Giovanni y Cuba no pueden entrenar allí. Sanidad lo permite, la Xunta lo permite, pero la corporación municipal, no. Tenemos esas paradojas".

El judo, fuera de los colegios
Si el momento es delicado para la lucha, en el judo cobra tintes dramáticos. "Estamos en una situación situación complicada, como la mayoría del deporte gallego, pero con el añadido de que somos un deporte de contacto y que el 90 por ciento de nuestros federados practicaban el judo en los colegios. Y como ahora parece que el deporte es lo malo... Hasta hace poco, era salud y de hecho, cuando estábamos confinados lo primero que se hizo fue salir a hacer deporte, era lo más importante. Ahora parece que estamos apestados. Tengo compañeros que daban clases en colegios y que llevan siete meses sin trabajar", señala el presidente de la Federación Gallega, Mario Muzas, que recuerda que "hay algunos clubes que han cerrado, profesores que se han buscado trabajos alternativos y luego está la pérdida de miles de fichas. Somos el arte marcial con más licencias en Galicia –unas 9.500 antes de la pandemia– y la reducción va a ser drástica. A ver si somos capaces de aguantar o tenemos que echar el cierre a todo e irnos para casa".
Muzas destaca que, ante las restricciones de la Xunta, "estamos haciendo trabajos de estudio, físicos, psicomotricidad… Nos reinventamos un poco, pero el problema es que la mayoría de los colegios están quitando la actividad extraescolar y eso sí que nos está afectando".
El presidente de la Gallega lamenta que "el mensaje que se está transmitiendo a la sociedad es que el deporte no es seguro, cuando es justamente lo contrario. Los protocolos que tenemos están aprobados por la Xunta, el deporte federado está más controlado y la gente que hace deporte es más sana y más saludable que la que no hace deporte. Y, sin embargo, en los colegios se está haciando lo más fácil, que es suprimirlo".

Año perdido para el boxeo
En el boxeo, las cosas no marchan mucho mejor con las restricciones que ha impuesto la Xunta. "La verdad es que estamos en una situación complicada porque ahora Sanidade nos dice que entrenemos con mascarilla y, aunque ya estábamos manteniendo la distancia social y no hacíamos contacto, ahora nos ha caído esto. Es bastante complicado hacer un ejercicio tan exigente como el nuestro con mascarilla, pero hay que aceptarlo", indica Rafa Gil, del club Sagabox, que reconoce que "yo este año lo doy por perdido porque la competición está totalmente parada. Esperemos que a primeros del próximo año se pueda empezar, pero yo ya he tenido muchas bajas por las normas que hay ahora". n

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