Dicen que una victoria conduce a la siguiente y el Club Vigo se está acostumbrando a cumplir con esta premisa en lo que va de temporada. La escuadra viguesa consiguió ayer una nueva victoria en Coia, como quien va al trabajo a hacer lo que lleva años realizando. Casi automáticamente. Casi como costumbre. El Madrid, al que se le guardaba un enorme respeto por su buen rendimiento en los últimos días, no tuvo ninguna opción ante un equipo lanzado, que además contó con Ortega para el encuentro.
Y se notó. Con él en pista y el cañón Marlon Mendoza disparando cada dos por tres, el conjunto olívico aplastó a su rival sin ningún tipo de miramientos. Y a alta velocidad. Porque el encuentro superó la hora por apenas tres minutos. Una factura sencilla, para un equipo que se ha acostumbrado a ganar. Tanto, que el equipo le mantiene tercero, a tiro de la segunda plaza. Un excelso rendimiento -el mejor de los equipos vigueses de cualquier deporte- que ha renovado la afición por el voleibol.
Así, ante tres centenares de aficionados, el equipo vigués voló como la bola volaba hacia el latigo de Mendoza. El colombiando marcó la pauta ante un conjunto madrileño que solo ofreció resistencia en el primer parcial (25-19). Los otros dos, cayeron del lado local por la vía rápida (25-17 y 25-15). El Club Vigo sigue tercero, al acecho segundo.