Desirée necesita una prótesis

Estoy bien, en proceso de rehabilitación y animada para seguir con mi vida". Son las palabras, acompañadas por una firme y tímida sonrisa, pronunciadas ayer por Desirée Vila Bargiela, la gondomareña de 16 años del club Flic Flac vigués de gimnasia acrobática que hace más de un mes sufrió la amputación de parte de su pierna derecha tras las complicaciones médicas que se derivaron de una lesión sufrida durante un entrenamiento, cuando ejecutaba un salto habitual para una deportista que el pasado año acudió al Mundial de la especialidad.
En este tiempo, Desirée ha contado con el apoyo de su familia y del club, que ha puesto a su disposición a la psicóloga clínica y deportiva Delfina Vicente. Tras los primeros días de 'shock', enseguida retomó sus estudios para no perder el curso y, de forma paralela, se fue forjando una campaña pública mediante la cual se pretende recaudar fondos para ayudar a la joven gondomareña a afrontar su nueva vida. "Estamos con un programa –explica ella misma– para intentar conseguir ayudas para poder comprar la prótesis, adaptar la casa un poco a mis necesidades y posibles cosas que vengan".

Lo más urgente es la prótesis. Al tratarse de una lesión deportiva, el seguimiento médico corresponde al seguro federativo que sólo cubre un gasto de hasta 1.200 euros, cuando el coste de la prótesis necesaria ronda los 70.000. De ahí que la familia y el club hayan puesto en marcha la campaña "Da el paso. Se hace camino al andar", que en las próximas semanas se dará a conocer a través de diversas actividades. Además, incluye un número de cuenta en Abanca que pueden utilizar todas las personas que quieran colaborar con esta causa: ES36 2080 1194 6130 0000 6860.
En este sentido, Jorge Méndez, presidente del Flic Flac, señaló ayer que "estamos dándole forma y valorando qué posibilidades tenemos y cuál es la mejor opción y el mejor momento". El entrenador de Desirée centra todas sus fuerzas en la calidad de vida de su gimnasta y reflexiona que "somos deportistas y a pesar de que suceden cosas desagradables en el deporte, entendemos que  nuestra condición nos obliga a mirar hacia delante, a seguir con la cabeza bien alta y seguir viviendo la vida".
Porque la sintonía entre familia y club es total, como quedó escenificado y pronunciado ayer. Así, la psicóloga aclaró que "queremos hacer hincapié en que el accidente deportivo fue normal. Lo que pasó después es que hubo complicaciones médicas. Fueron esas complicaciones las que llevaron a esta situación, no el accidente deportivo, que quede bien claro".
Con el día a día de Desirée y su futuro como mayor preocupación, en el juzgado se dirimirán las denuncias al centro médico Perpetuo Socorro y al médico que atendió la lesión en un primer momento presentadas por los padres de la gimnasta. Porque, más allá de reparar en alguna medida este caso, la intención de Desirée y de quienes la rodean es que "la secuela que quede de esta desgracia sea que un hecho así no vuelva a suceder nunca más".n