triatlón

Un dedo no quiere volver

Iria Rodríguez realizó una concentración de pretemporada en Canarias, pero no llegó a competir.
photo_camera Iria Rodríguez realizó una concentración de pretemporada en Canarias, pero no llegó a competir.
Iria Rodríguez ya piensa en 2021 tras sufrir una fractura en el pie al salir del confinamiento 
Un reinicio doble. Iria Rodríguez Huertas recuperó a inicios de verano la rutina de entrenamientos y estudios tras pasar casi tres meses en la casa familiar de Tomiño debido al confinamiento por la pandemia del coronavirus. Una incidencia que le llegó "después de estar concentrados y a punto de competir en Huelva, era el inicio de la temporada", explica. La cita ejercía, habitualmente, de primera selección dentro del triatlón español para afrontar el año deportivo, pero se canceló. A continuación, llegaron los meses de reclusión: "Acepté rápido la situación y volví a casa. Pronto comencé a entrenar, pero sí que lo tomé de forma más relajada porque no sabíamos el tiempo que íbamos a estar confinados". 
A medida que pasaban las semanas, Iria Rodríguez comenzó las sesiones de preparación y también llegó un segundo frenazo inesperado porque, el pasado 5 de julio, "me di un golpe en el pie. Son cosas que pasan. Pensé que era sólo eso, un golpe, pero me fui a hacer la placa y apareció roto. Ahora me centro en recuperarme bien antes de volver a la carrera porque prefiero restablecerme del todo a forzar y quedar peor, que ya me pasó alguna vez", explicó. 
Una situación que lleva a la tomiñesa a pensar "en la temporada que viene y no en esta. El Campeonato de España es en 24 días y, aunque se haga, no me puedo presentar. Para no correr, prefiero no ir. Después de este confinamiento y la lesión, será un reinicio completo y creo que es mejor. Quieren alargar la temporada hasta noviembre y, después, empezar ya en marzo...  Lo veo todo muy caótico", explica Rodríguez. 
La triatleta reconoce que la situación actual con la pandemia del coronavirus también influye en su visión, ya que "tenemos un calendario espectacular hasta noviembre, pero me parece un poco locura que se lleven a cabo las competiciones. En las que son de clubs, asiste mucha gente de toda España y, aunque tengamos un protocolo de actuación en cada carrera, yo no lo tengo claro", expresa. 
El presente es delicado y también lo es la gestión emocional de la situación para los deportistas. Realizan entrenamientos, se esfuerzan y se marcan objetivos, pero sin tener claro que se pueda competir. "A nivel personal, tampoco lo veo como muy buena idea. Prefiero que se suspenda todo y que podamos pasar un verano más relajado en el que entrenar más por diversión. Hace años que no puedo hacerlo de forma más tranquila y prefería hacerlo así a preparar competiciones que no sabemos si se van a disputar o no", argumenta Iria Rodríguez.
Todos estos son aspectos que llevan a la deportista a ponerse objetivos deportivos en el medio plazo. Quedan cinco meses de 2020 que casi descarta y, en el horizonte, se encuentran los Juegos Olímpicos de Japón dentro de un año, para los que contaría con opciones de clasificación, aunque remotas. No obstante, la tomiñesa no tiene claro que se puedan celebrar. "Los veo complicados porque la pandemia está ahora muy activa en América. Por lo que veo, todavía está peor la situación por allí y será difícil", argumenta.
Al menos, la parada a nivel deportivo sirvió a Iria Rodríguez para pasar unas semanas en casa y también centrarse en sus estudios de psicología. "Aproveché la cuarentena y estos meses para avanzar en los estudios porque tenía mucho trabajo atrasado. Al final, cuando estoy de concentración, aunque me lleve los libros, no le dedico tanto tiempo como cuando estoy en mi rutina", expresa. En este capítulo también vivió cambios porque optó por pasarse a la educación a distancia tras intentar ir a clase de forma presencial, pero "estando en Pontevedra, no daba a todo". 
La pandemia del coronavirus cambia circunstancias, proyectos y, en el caso de la triatleta tomiñesa, toda una planificación anual. Por eso, ya pone la mente en el siguiente año y, mientras, "aprovecho algunos días –como el domingo por la mañana– para hacer sesiones largas de bici". Todo ello tras un confinamiento vivido en casa, en Tomiño y compartiendo vida con su hermano, el palista Roi Rodríguez, "y su compañero Albert Martí, que estaba entranando en Tui y lo acogimos. Fue divertido".n

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