En cuestión de ocho días, el Celta clarificará su futuro a corto y medio plazo. Porque la temporada llega a su primera semana con tres encuentros de liga, nueve puntos en juego que empezará a situar a cada equipo en una zona de la clasificación para este tercio inicial de la temporada, levantando dudas o constatando certezas.
El conjunto celeste afronta en este breve tramo de tiempo un partido en el estadio de Balaídos y dos como visitante, lo que dificulta sobre el papel un buen balance global. Tras visitar hoy al Atlético, el próximo jueves recibirá al Espanyol y el domingo siguiente pasará por Ipurua para medirse al Eibar.
A su favor, como recordó ayer el técnico celeste, Fran Escribá, el Celta tiene su buen rendimiento en este tipo de concatenación de citas ligueras la pasada temporada, que ya sabe que no fue ejemplo de demasiados aspectos positivos. Sin embargo, el conjunto vigués salió indemne de los nueve encuentros jugados en las tres semanas con triple compromiso. El saldo fue de 15 puntos de 27 posibles, aunque bien es cierto que jugó un partido más en casa que fuera.
La primera semana con triplete fue a caballo entre septiembre y octubre, con Antonio Mohamed en el banquillo y tres empates como balance: 3-3 con el Valladolid en casa, 1-1 con el Valencia fuera y 1-1 con el Getafe en casa. La segunda ocasión, ya con Fran Escribá el mando, fue especialmente significativa pues significó el inicio de la reacción: victorias en Vigo ante Villarreal (3-2) y Real Sociedad (3-1) y empate en el medio en Huesca (3-3). Por último, ya a finales de abril, se ganó al Girona (2-1) y se igualó a domicilio en los campos del Espanyol (1-1) y del Leganés (0-0).
