“Increíble, increíble. Un ambientazo increíble", expresaba Cristina Cifuentes una y otra vez al término del encuentro de ayer. La pivote pucelana acaba de cuajar una actuación fantástica, con cuatro goles y una enorme aportación defensiva. “No perdimos la cara al partido en ningún momento. Siempre estuvimos por delante en el marcador”, sostuvo.
“En defensas estuvimos igual de contundentes que siempre y en ataque supimos lidiar con ellas”, analizó Cifuentes sacando a relucir su vis de entrenadora -dirige al conjunto alevín del club miñoto-. “En líneas generales, estuvimos muy correctas y, sobre todo, muy tranquilas”, añadió.
La jugadora vallisoletana, eufórica, volvió a aludir al lleno que registró A Sangriña. “Jugando en casa, con este ambientazo que hemos vivido, era imposible que se nos escapara el partido”, destacó, al tiempo que citaba a su afición para el último peldaño. “Nos vemos en la final. Y las finales están para ganarlas”, remató.
Por su parte, María Sancha reconocía aún sobre la pista que no se lo creía y lamentaba cómo afectaba el cambio horario a la celebración. “¿Nos quitan una hora, no?”, bromeaba la palentina, visiblemente feliz por la clasificación para la final de la Copa Europea. “Ambos equipos estaban concienciados de que iba a ser un partido duro. Supimos luchar y estamos muy contentas”, destacó Sancha, que ensalzó a la afición: “Jugamos con una más”. La primera línea castellana reconocía que hubo que trabajar el aspecto físico y psicológico de la enorme carga de partidos que acumula el Guardés -el próximo sábado cumplirá siete en tres semanas-.