El Celta, consciente de que el escenario es crítico, no quiere tomar decisiones unilaterales que den una imagen de irresponsabilidad por parte del fútbol profesional, en el fondo una actividad económica más. Admite que la situación aboca a tomar medidas de restricción del salario de sus futbolistas profesionales y abre la posibilidad de un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) pero descarta, por el momento, ir por libre y trabaja en la consecución de un acuerdo global al que puedan acogerse todos los clubs. De hecho, desde la directiva todavía no se ha hablado con los capitanes sobre una posible reducción salarial, a la espera de acontecimientos.
Es decir, la entidad celeste confía en un "consenso mínimo" entre los clubes, los futbolistas, los patrocinadores y las televisiones, que aportan un tanto por ciento muy elevado de los ingresos de muchos de los clubs y que se han quedado sin partidos que emitir durante este parón competitivo por la pandemia del coronavirus. Cuatro partes implicadas para determinar las pérdidas –inevitables, se antoja– que deben asumir cada una de ellas para que el daño sea el menor posible en global.
El Celta quiere cerrar cuanto antes estos temas económicos. Y aclara que, en lo que no se refiere a las plantillas profesionales de futbolistas, trata de encontrar las medidas pertinentes para mantener "el 100% de los salarios y el 100% de los empleos". Porque la entidad tiene muchos más trabajadores, para los que desde el primer momento se ha fijado el teletrabajo como opción prioritaria.
Que los jugadores puedan irse
Una de las cuestiones de las que están pendientes los responsables del club es del día a día de sus entrenadores y jugadores. En este sentido, su propuesta cuando se plantee ese deseado acuerdo es que los futbolistas puedan desplazarse a sus respectivas localidades de origen mientras dure el parón por la pandemia. El Celta no encuentra sentido a tenerlos recluidos, en algunos casos, lejos de sus familias en una situación de alarma mundial que tiene serias afectaciones personales. Es una medida que no puede tomar de manera unilateral pero confía en la buena voluntad de las partes para adoptar una decisión de mera sensibilidad. Además, cuando se determine que se retoma la competición, si es posible hacerlo, sería con tiempo suficiente como para que los futbolistas que decidan irse a sus países regresen.
En definitiva, el club quiere que la certidumbre vaya ganando terreno a la incertidumbre. Asumiendo el coste económico –una rebaja de entre el 25 o el 28% sólo en derechos televisivos– para centrarse en labores sociales.
Dos escenarios, uno sin descensos, si no se puede acabar la Liga
nnnLa Liga y la Federación Española de Fútbol abogan por acabar la competición liguera. El Celta ya expresó hace unos días, a través de Felipe Miñambres, director deportivo, sus dudas sobre si podría hacerse yéndose más allá del 30 de junio, pero espera acontecimientos.
Por ahora, los clubs barajan diferentes escenarios posibles de no poder acabar, con dos principales.
Tal como está, con descensos
Una de las posibilidades es que la Liga acabe tal y como está actualmente, tras 27 jornadas disputadas, incluyendo descensos y ascensos desde Segunda. Se sustenta sobre que ya se ha disputado un porcentaje elevado de la competición, pero es de esperar que los equipos perjudicados –los tres que descenderían, principalmente– protesten hasta el final.
Sin descensos pero con ascensos
Modelo Budesliga. La Liga acaba así pero no hay descensos y sí dos ascensos. Primera tendría el próximo curso 22 equipos y Segunda, 20, pero con más descensos: cuatro y seis. Así, se aprovecharía para ajustar la segunda categoría, que lleva con 22 equipos desde la campaña 97/98. Este curso, no habría 'play-off' ni tercer ascenso.n
