ATHLETIC 0-2 CELTA

El Celta madura en vivo y gana

Los jugadores del Celta festejan el tanto de Hugo Mallo, el que abrió el marcador anoche.
photo_camera Los jugadores del Celta festejan el tanto de Hugo Mallo, el que abrió el marcador anoche.
Gran segunda parte en Bilbao ante el Athletic (0-2) con goles de Hugo y Iago Aspas. El equipo sale del descenso y se coloca en la zona templada tras dos triunfos consecutivos.

Dos goles casi sobre la línea, empujando, más que rematando. Dos goles fruto de la causalidad. Dos goles que dan una victoria que insiste en el efecto positivo de la llegada de Eduardo Coudet al banquillo. Dos goles que sacan al Celta del descenso y que dan un triunfo en un campo como San Mamés ante un Athletic netamente inferior.

Cuando uno cae despacio, resbalando, y ve un clavo ardiendo, se toma su tiempo para agarrarse con toda la mano. Tantea con tiento tratando de descubrir si asirse a tal esperanza no generará las ampollas que en anteriores ocasiones generaron otros clavos ardiendo. No es cuestión de creer. Es cuestión de querer creer. El Celta quiere creer en la redención, pero la conciencia está plagada de pecados, muchos de inocencia pero los más de soberbia. Ahora, a fuerza de realidad, fiarse de uno mismo es complicado. Y de los demás, difícil. Eduardo Coudet anima a atreverse y el equipo está deseando hacerlo. Pero sin soltar amarras. Para seguir creciendo también es un buen ejercicio aguantarle la conversación futbolística al Athletic en San Mamés. Intercambiar palabras sin herir puede ser una cura.

No se hicieron mucho daño los dos equipos de inicio pero se mandaron mensajes. El Athletic con la salida tensa a la que parece obligar un escenario como San Mamés, aunque sea el nuevo; el Celta, con el ánimo combinativo de sus tres mediapuntas, que acabó con una primera ocasión de Mina, y con una novedad en el repertorio: las faltas. Muchas pero eficaces. Porque Coudet insistió en los mismos nombres y la misma idea que en el triunfo ante el Granada. Una máxima entre los entrenadores es que si quieres convencer de algo, tú tienes que ser el primer convencido. El ligero ruido de una duda en el banquillo se convierte en un estruendo en un equipo necesitado de fe.
Porque el Athletic asustó con dos jóvenes clásicos como Williams, que centró, y Muniain, que remató suave demasiado cruzado. Pero el susto no varió un ápice la apuesta. Poco a poco, el Celta fue asumiendo más control porque fue teniendo más balón. Y este equipo, con este nuevo diseño, alcanza todo su sentido desde la posesión. Aunque fue un paso hacia delante medido, meditado, sin un ápice de precipitación. Tan pausado que no se culminó hasta el arranque de la segunda parte.

El momento del partido

Ese arranque de los segundos 45 minutos marcó el partido porque el Celta no dudó en asumir el peso del partido. La posesión era suya ante un Athletic que sólo era capaz de defenderse en campo propio. Era un proceso de maduración de manera natural y que debía desembocar en gol también como mera consecuencia. Hubo un primero de Mina que fue anulado correctamente por fuera de juego previo de Aspas, el asistente. Pero al minuto se concretó la apuesta: recuperación en el centro del campo, salida en dos tiempos con centro final sobre el área de Denis Suárez, cabezazo en el segundo palo de Santi Mina –un delantero ejemplar por lo sacrificado y, en la mayoría de las ocasiones, por lo acertado en lo táctico y en lo táctico– y remate de Hugo Mallo casi sobre la línea.
Quiso reaccionar el Athletic llamando a filas a Raúl García y Balenziaga. Recuperó el balón pero sin tener demasiado claro cómo usarlo. Eso sí, la presencia de García y el paso de Williams a la posición de nueve provocó que Coudet se resguardase echando mano de Aidoo para formar una defensa de tres centrales. No parecía el mejor mensaje para mandar, acostumbrado como está San Mamés a vivir remontadas de coraje.
Pero vive el equipo vigués un momento dulce que parece haber llamado la atención de la fortuna. Se equivocó Unai Simón  en un saque de portería que entregó a Brais Méndez –otro como Mina, sacrificadamente acertado–. El mosense buscó a Aspas en el segundo palo y el moañés sólo tuvo que empujar, de nuevo, sobre la línea. Faltaba un cuarto de hora pero ya no quedaba nada. El Celta empieza a recordar qué se siente al ganar. Sienta muy bien.

Athletic Club:
Unai Simón; Capa, Yeray, Unai Nuñez, Yuri (Balenziaga, m.46); Vencedor (Unai López, m.62), Vesga; Williams (Morcillo, m.79), Muniain (Sancet, m.79), Berenguer; y Villalibre (Raúl García, m.62). 
Celta:
Rubén Blanco; Hugo Mallo, Néstor Araujo, Murillo, Olaza; Tapia; Brais Méndez (Miguel Baeza, m.91), Denis Suárez, Nolito (Aidoo, m.71); Iago Aspas (Fran Beltrán, m.88) y Santi Mina. 
Goles:
0-1, m.60: Mallo; 0-2, m.78: Aspas. 
Árbitro:
Jorge Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los locales Unai Nuñez (m.26) y Vesga (m.84) y al visitante Murillo (m.53). Árbitro VAR: Carlos del Cerro Grande (Comité Madrileño). 
Incidencias:
Partido de la duodécima jornada de LaLiga Santander, disputado a puerta cerrada en San Mamés.

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