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Óscar García, nuevo entrenador del Celta hasta final de temporada

Óscar García, nuevo entrenador del Celta hasta final de temporada.
photo_camera Óscar García, nuevo entrenador del Celta hasta final de temporada.
 Óscar García Junyent se convierte en el nuevo entrenador del RC Celta tras el acuerdo alcanzado entre el club y el preparador español. Óscar (Sabadell, 1973) llega acompañado por dos ayudantes y está previsto que mañana dirija su primera sesión preparatoria al frente del equipo.

El nuevo técnico celeste acumula un amplio bagaje en los banquillos. Su primera experiencia fue en el Juvenil A del FC Barcelona, con el que conquistó Liga, Copa y Liga de Campeones en 2011. En la campaña 2012/13 llevó al Maccabi Tel Aviv a ganar la liga israelí tras más de 10 años de sequía.

Tras su paso por el Brighton y el Watford, Óscar García cogió las riendas del Red Bull Salzsburgo, club con el que logró ganar dos Bundesligas y dos Copas de Austria en apenas año y medio. Sus últimos dos equipos fueron el Saint Etienne francés y el Olympiakos griego.

El técnico catalán, que fue internacional en todas las categorías inferiores de la Selección Española, tuvo una dilatada carrera como futbolista en equipos de la talla del FC Barcelona, Valencia CF o RCD Espanyol entre otros. En su palmarés figuran cuatro Ligas, dos Copas de SM el Rey, dos Supercopas de España, una Recopa de Europa y una Supercopa de Europa.

El entrenador celeste firma hasta final de temporada.

Fran Escribá tenía la semana de tres partidos para demostrar si era capaz de revertir el mal comienzo liguero del equipo y no lo ha conseguido. La imagen de derrumbe anímico del grupo dada ayer en Balaídos ha quemado los últimos apoyos que tenía como entrenador céltico y ayer, a las once y media de la noche, fue destituido oficialmente. Los dirigentes del club ultiman su sustitución y ayer mismo mantuvieron una breve reunión post partido en el propio estadio. 


Escribá llegó al Celta en la jornada 27 de la pasada temporada como último recurso para tratar de evitar el descenso. Finalmente, consiguió el objetivo, lo que hizo que el club apostase de su renovación. En global, ha dirigido 24 partidos en el banquillo vigués, 12 en cada campaña. El balance es de 6 victorias, 7 empates y 11 derrotas. 

Tras el encuentro, el propio técnico valenciano asumió su presente y su incierto futuro. "De mi futuro no voy a decir nada. Entiendo la pregunta y supongo que será lo que  más interesa ahora. No es una decisión mía. Mi obligación es levantarme mañana y entrenar al equipo", comentó. Y añadió que "sí me siento con fuerza. Si no, no estaría aquí. Una cosa es tener un contrato y otra aferrarse a él. Si no creyera que estoy capacitado, me hubiera ido. Mi confianza en el grupo sigue intacta y siento su apoyo pero sólo el apoyo no sirve. No es suficiente que alguien te caiga bien. Hay que hacer lo que se trabaja".

El entrenador prefirió centrarse en el partido y recordó que "era fundamental no cometer errores. Ellos iban a generar poco y nosotros tampoco logramos generar mucho. Era un partido de empate a cero. Pero si concedes errores graves, lo pagas". En este sentido, comentó también que "el Getafe sabe qué hacer y lo hace muy bien. La mejoría el día del Betis fue muy grande, pero hoy era un partido difícil por la condición del campo y otros factores y no estuvimos acertados".

El valenciano se lamentó de que "se nos van los partidos por pequeños detalles. La diferencia entre un marcador bueno y uno malo puede ser pequeña. Pero cuando se acumulan los malos, parece todo un desastre. Cuando estás así, si puede salirte algo mal te sale. Me siento responsable pero a veces hay cosas que no puedes controlar desde fuera". Sí quiso salvar el técnico el comportamiento de la afición. "Si alguien ha estado de 10 es la afición. Están en su derecho de pitarme. Estamos todos muy dolidos. No sirve quejarse o hacer gestos. Nuestra obligación es afrontar los problemas. El equipo tiene que levantar la cabeza y trabajar mucho", afirmó. 

Escribá dijo que "puede ser" que algunos de sus futbolistas estén muy lejos de su nivel. "Cuando el colectivo está mal, todos están peor a nivel individual. Lo único que nos queda es trabajar. No hay que apelar a la fortuna. Uno tiene la sensación de que el equipo tiene mala fortuna pero cuanto más entreno, más suerte tengo", valoró.

Además, cuando se le preguntó si el objetivo era ya la salvación tras partir con ínfulas europeas, adujo que "yo nunca hablé de Europa. Eso exige muchísimas cosas. Sé lo mucho que cuesta estar en Primera". 
De vuelta al partido, afirmó que habría sido bueno "que la gente de talento se quedara el balón. Era un día para dar prioridad al juego por fuera, de centros, de segundas jugadas". Y reconoció que justo tras el final del partido encontró un vestuario "muy dolido. No sólo por hoy sino porque la trayectoria no es buena. Empezamos con ilusión y con buenos partidos ante duror rivales pero llevamos un último mes con resultados muy duros".
El valenciano insistió sobre su futuro en que no tiene "ni idea" de lo que ocurrirá. "Salvo que me digan lo contrario, estaré mañana en A Madroa. Si se toma otra decisión, la aceptaré", dijo. Y reiteró que "no tengo ninguna duda. Me veo capaz de sacar esto adelante. Si no, ya no estaría aquí. Pero entiendo que es una situación delicada y el entrenador es siempre el lado débil".n

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