TOKIO 2020-21

Casi dos años de largo sprint

David Barreiro obtuvo la clasificación para el preolímpico en el control selectivo de Trasona de abril. 1505928
photo_camera David Barreiro obtuvo la clasificación para el preolímpico en el control selectivo de Trasona de abril.
El canoísta cangués David Barreiro busca entrar en los Juegos de Tokio tras hacerse con la titularidad en España

David Barreiro es uno de esos deportistas que apuntan maneras desde joven. De cadete sumó su primera medalla internacional en un Campeonato de Europa júnior con el C4 y, poco después, ya pisó el podio en el C1. Datos que apuntaban a un gran futuro, como la victoria, con menos de 20 años, en una de las pruebas de invierno de la selección española batiendo a todos los sénior. Ahora, con 21 años, llega el primer momento decisivo en la carrera del morracense tras imponerse en la modalidad de C1 1.000 metros en el control selectivo realizado en Trasona para adjudicar las plazas del preolímpico europeo y mundial. Esta semana, miércoles y jueves, buscará obtener el único billete disponible en Szeged dentro de su distancia favorita de los 1.000 metros en canoa. Si no lo obtiene, la semana siguiente, tendrá una segunda oportunidad, en el preolímpico mundial. "Ojalá, ¿quién no sueña ir a unos Juegos Olímpicos? Está muy complicado pero es posible. Nadie te dice que no. Hay que ir allí y dar lo mejor de uno. Si lo haces y no entras, nadie te puede decir nada. Es parte del deporte. Si llegas y, además, obtienes el billete para los Juegos, sería indescriptible", reflexiona David Barreiro. En su análisis ya verificó los posibles participantes y, en el horizonte, se encuentra el bielorruso Maksim Piatrou, finalista en el Mundial de 2019, pero sin billete para Tokio. "Es veterano y tiene ya experiencia internacional", desvela Barreiro. 

El cangués llega a la cita de esta semana tras mucho trabajo. Tendrá que realizar un sprint largo, como es una prueba de 1.000 metros, pero realmente la carrera para el morracense comenzó hace casi dos años cuando, en el Mundial clasificatorio de 2019, España no obtuvo plazas ni en C1 ni C2. Ahí, con 19 años, se le abría la opción de intentar alcanzar los Juegos, aunque todo ello pasaba por ser el mejor en España a través de los controles selectivos. "En 2020 también tenía el plan de esta temporada. Estaba preparando el C2 y con la opción del individual. Pero se llegó a marzo y se paró todo", explica el cangués. La pandemia paró el deporte y la vida. "En ese momento, es un palo porque llevas trabajando para competir seis meses y se queda en nada. Por otra lado, lo ves a largo plazo e igual notas que no me vino tan tan mal como a otros. A compañeros que tienen más años. Al final, yo tengo 21 años, voy a cumplir 22 e igual es una oportunidad para mí. Me daba ese margen", reflexiona el morracense. 

Y el esfuerzo por ir a Japón se prolongó hasta este año, un 2021, en el que "preparamos el selectivo de forma muy fuerte. Por esa competición pasaba todo". Y, ya el pasado mes de abril, "la idea era buscar la plaza en el C2. Monté con mi compañero Manu Fontán y creo que hicimos una buena regata. Vallejo y Sieiro, que era la pareja de referencia en los últimos años, quedó muy cerca. Pero nos sorprendió mucho que la pareja sevillana de Cayetano García y Pablo Martínez. Llegó muy fuerte y nos superaron con mucha autoridad", admite claramente el morracense. Quedaba una segunda bala, probablemente la mejor para él, la canoa individual: "Estaba anotado en el C1 y la verdad es que me salió bien. Manu Fontán tomó otro camino porque tenía que buscar las opciones en sub-23. La final de C1 fue muy dura. Pocas veces he sufrido tanto en una regata de 1.000 metros. Llegué al final y estaba muerto. Lo di todo y gané por una décima y media. Que no es nada, un suspiro", resume David Barreiro sobre el duro esfuerzo realizado en Trasona para hacerse con la plaza en el preolímpico. "Salí bastante delante y, después, en la parte media cedí algo porque hubo gente que apretó duro. Aún así, no estaba lejos y, llegado el momento, hice ese cambio que sabía que tenía y llegué a la par con Noel Domínguez. Hasta el año pasado, remaba junto con él. Es uno de los compañeros de entrenamiento. De hecho, en la final de C1 había ocho gallegos y, de esos, siete entrenamos juntos en Pontevedra", relata sobre la regata. 

Esta competencia interna permitió a David Barreiro mantener el nivel deportivo a lo largo de un 2020 sin apenas pruebas oficiales. "Al estar en un grupo fuerte de entrenamiento, compites todos los días unos con otros. El trabajo diario es muy muy alto y con calidad. Si ellos tienen nivel, te obligan a competir más cada día y tu nivel también sube", describe. 

A los 21, el morracense, se encuentra en un punto clave de su carrera porque intenta llegar a la élite mundial y, con ella, poder hacer del deporte su profesión. Algo que persigue desde cadete: "Es ahí cuando entré en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva y te cambia el chip. Comienzas a ver que puedes dedicarte a ello, pero es complicado. Tengo ayudas, pero compaginarlo con los estudios se hace muy duro". En gran medida, porque el cangués mantiene una rutina espartana con hasta 15 sesiones de entrenamiento a la semana. "Nueve son de canoa, con tres días de mañana y tarde, y, después, gimnasio, carrera y, en invierno, natación. Y claro, entre entrenamiento y entrenamiento, tienes que ir a clase", relata el canoísta morracense. 

"David Cal sólo hay uno"

Como tantos otros deportistas, Barreiro se inició en el kayak y "de forma muy de aficionado. Apenas lo tomaba en serio de pequeño". Desde los seis años está en el piragüismo y "un día pasé a la canoa y me gustó. Me enganchó y hasta hoy", admite Barreiro. Una vez en esta disciplina y tras alcanzar medallas internacionales, la comparativa con David Cal, ganador de cinco medallas en los Juegos, se hacía imposible de evitar. "Al ser del mismo pueblo, todo el mundo me pregunta por David Cal y quiere hacer comparaciones. Para mí es un referente, pero David Cal sólo hay uno y, probablemente, solo podrá haber uno. Ojalá, con los años, pueda conseguir todo lo que ha obtenido él, pero yo tengo que centrarme en mi camino y mi vida. Me pongo objetivos altos e, igual, algún día los consigo como él. Pero debo trazar mi camino, que seguro que es diferente al que hizo David", apunta Barreiro.

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