Fútbol | Primera Federación

Bola de partido perdida

El filial céltico jugó a muy buen nivel en la primera parte y al principio de la segunda pero fue insuficiente para ganar y meterse en el play-off.
photo_camera El filial céltico jugó a muy buen nivel en la primera parte y al principio de la segunda pero fue insuficiente para ganar y meterse en el play-off.
El Celta B malogró la opción de sellar su clasificación para el play-off con un empate ante un Ceuta que no sirvió para aprovechar la derrota del Linares en el campo del Sanse

El lenguaje corporal de los futbolistas del Celta B nada más terminar su partido de ayer contra el Ceuta en Balaídos no era el de un equipo que dependerá de sí mismo en la última jornada para meterse en la fase de ascenso. Caras largas, abrazos de consuelo y más de un jugador derrumbado sin poder levantarse. El filial acababa de perder una ocasión de oro al empatar con el conjunto norteafricano. Insuficiente para aprovechar la derrota del Linares en San Sebastián de los Reyes. Amargo, teniendo en cuenta que el equipo de Claudio Giráldez se adelantó y dominó con autoridad a su rival durante 75 minutos. Menos malo, si se tiene en cuenta que los visitantes apretaron al final y tuvieron sus opciones de ganar, incluido un espectacular lanzamiento de falta que murió en el larguero.  Sea como fuere, la segunda formación céltica se lo jugará en Ferrol contra un Racing que tiene a tiro ser campeón. Mal negocio.  Y mal sabor de boca que tampoco llegue la victoria -el cuadro vigués tan solo contabiliza una en los últimos siete encuentros- cuando juega bien.

Porque ya se sabe que el fútbol es incierto. En un momento dado, una buena racha desaparece para convertirse en mala. La forma se escapa. Lo que antes salía de memoria, ahora se atasca. Lo bueno es que esta premisa también se cumple a la inversa. Al menos en el juego. Porque el Celta B recuperó ayer un nivel  de fútbol que hacía semanas que no mostraba y en la primera parte maniató al Ceuta. Pero, de nuevo, los designios inescrutables de este juego hicieron que el choque se fuera igualado al descanso. Una transición veloz y un remate mordido que se fue adentro y que responde a aquello de que el goleador mete hasta sin querer. Y no hay mejor goleador en la categoría que Rodri.

Antes, el monólogo céltico había sido absoluto.  Losada vuelve a estar a su nivel. A partir de ahí, lo demás. Calderón pasaba la escoba, Sotelo daba brillo y Lauti de León finalizaba el trabajo. El ariete de Portonovo se metió dentro de la portería con la pelota tras una acción de fe que coronó otra de tiralíneas colectiva. Fue la única vez que la pelota rebasó la línea de gol de Gato. Pero debió haber más. Raúl Blanco, Carrique o el propio Losada malograron situaciones. Rodri, en cambio, no perdonó.

La segunda parte mantuvo la dinámica dominante local. Incluso la incrementó. La mayor parte del tiempo, el partido se jugaba en las inmediaciones del área de un Ceuta que acumulaba a sus once futbolistas en una franja de apenas 15 metros. El espacio era muy reducido y en ese ecosistema nadie es mejor que Raúl Blanco. El atacante morracense encontraba siempre la mejor zona para recibir y hacer daño. A sus dos remates en la primera parte, sumó otros tantos en la segunda. Solo le faltó puntería.

Cabía pensar que era imposible que el conjunto ceutí aguantase semejante asedio durante 45 minutos. Y puede que hubiera sido así, si se hubiera mantenido el decorado. Pero, poco a poco, los visitantes fueron creciendo en el partido al mismo tiempo que los locales menguaban en él. Los de Giráldez ya no generaban peligro con tanta regularidad, mientras que la escuadra norteafricana se asomaba por el área de Ruly e incluso lo ponía a prueba. Por el medio, una desafortunada acción de Calderón, que abandonó el campo llorando tras una fea torcedura en su rodilla derecha. Pinta feo.

El técnico porriñés agitó el manzano con los cambios. El de Damián por Calderón, obligado, funcionó. El de Manu Garrido por Lauti, no. El ariete madrileño es voluntarioso, pero no termina de ofrecer rendimiento. Gozó de una buena situación que tiró muy arriba. El centrocampista de Ponteareas dio dinamismo con balón y probó al Gato Romero en un tiro lejano. 

Sin embargo, poco a poco, la intensidad del dominio decrecía. Y, sobre todo, la capacidad de generar. El Ceuta halló fórmulas para salir de la presión que antes no tenía, principalmente relacionadas con encontrar en punta a un fuera de serie en esta Liga como es el pichichi Rodri. De su trabajo llegaron ocasiones claras de los visitantes. Ruly desbarató un par y el larguero la más clara cuando el choque languidecía. El arreón final del Celta B no cambió nada y el pitido final decretó que será un duelo fraticida con el Racing el que todo lo decida. Segunda bola de partido. 

Celta B:
Ruly García; Iván López (Javi Rodríguez, min. 74), Sergio Barcia, , Medrano; Carrique (Javi Domínguez, min. 88), Calderón (Damián, min. 60), Sotelo, Hugo Álvarez; Raúl Blanco (Clemente Montes, min. 88), Losada y Lauti de León (Manu Garrido, min. 74).

Ceuta:
Gato Romero; Alain, Capa, Danese, David Alfonso; Selasi, Antoñito (Luismi, min. 74), Reina, Jota (Julio Iglesias, min. 64), Pablo (Aisar, min. 64); y Rodri.

Goles:
1-0, min. 7: Lauti de León; 1-1, min. 40: Rodri.

Árbitro:
Pérez Paraza. Amonestó con tarjeta amarilla a los futbolistas locales Medrano, Losada, Lauti y Clemente Montes. Sin amonestaciones visitantes. 

Incidencias:
Partido jugado en Balaídos. 

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