ciclismo

Las bicicletas son para el verano

El equipo Rías Baixas, con su director deportivo Marcos Serrano en el centro, se presentó el pasado mes de febrero en un acto celebrado en Baiona.
photo_camera El equipo Rías Baixas, con su director deportivo Marcos Serrano en el centro, se presentó el pasado mes de febrero en un acto celebrado en Baiona.
El Rías Baixas vuelve a la competición en Zamora y su director, Marcos Serrano, avisa de que "irán a por todas"

Son días de reinicios. También en las competiciones deportivas que, como todos, reanudan la marcha con la prudencia que exige la pandemia del coronavirus y con voluntad de adaptación a la ya instaurada nueva normalidad. "Como la vida misma", sostiene una y otra vez Marcos Serrano, director deportivo del Rías Baixas, que retoma la competición a partir de mañana en la Vuelta a Zamora. Eso en lo que respecta al ciclismo en ruta, porque Jon Tena dio el pistoletazo ayer a las carreras del equipo flúor con su participación en una prueba de BTT en Navarra.
"Vamos a ir a por todas en Zamora", advierte el director chapeleiro. "Llevamos buen equipo, con Mauri (Moreira) para que entre en vereda. Podemos aspirar a la victoria pero es una gran incertidumbre cómo vamos a salir todos", añade Serrano, consciente de que este regreso a la competición es como "volver a empezar" el año de nuevo. "Al principio, los picos de forma son muy desiguales", avisa.
Todo ello después de un confinamiento con mucho rodillo y de una vuelta paulatina con la relajación de las medidas de seguridad. "Hubo altibajos. Momentos de euforia, de dejadez. También de descubrimientos. Primero el rodillo, luego los caminos del pueblo de cada uno, después de los de al lado  y así sucesivamente", bromea Serrano, que lo tiene claro: "Nos amoldamos a todo".
El equipo flúor se pondrá a prueba la próxima semana, pero el objetivo de la temporada es la Copa de España. Mauricio Moreira era -y es- el líder de la competición cuando la pandemia del coronavirus Covid-19 lo paralizó todo. Ahora, en la vuelta a la carretera, la determinación del equipo vigués es mantener ese maillot hasta el final. El 9 de agosto se reanuda la marcha en Valladolid. A partir de ahí, ocho carreras más para decidir el vencedor, el próximo 18 de octubre en Alcalá de Henares. "Tenemos que ir al 100%. Nos da moral que tenemos un buen corredor. Así que tiene que ser: hay que ir a por ella", manifiesta Serrano.
Todo en un escenario nuevo, como todos los de esta nueva normalidad. "Tenemos un alto grado de responsabilidad y así debe ser", reconoce el director del Rías, que desvela que el equipo dispone de protocolos particulares. "Como los de cualquier empresa", dice. Toca disfrutar de la bici. Pero con 'sentidiño'.

"Ganar en el Tour es la leche"

Serrano ganó la décimo octava etapa del Tour de 2005 en Mende.

Serrano ganó la décimo octava etapa del Tour de 2005 en Mende.

Teledeporte retransmitió el pasado sábado la décimo octava etapa del Tour de Francia de 2005. El 21 de julio de aquel año, Marcos Serrano levantó los brazos en la línea de meta de Mende tras 189 kilómetros de media montaña en la que el chapeleiro, por aquel entonces corredor del Liberty seguros, se metió en una escapada que acabó resolviendo en solitario. "Ganar una etapa del Tour de Francia es la leche", recuerda.

Y eso que las sensaciones no invitaban al optimismo antes de salir. "Ese día, estaba en la salida con el compañero en plan 'buf, dentro de tres días en casa'. Si te digo que voy a ganar la etapa, te da la risa", bromea el excorredor, que recuerda a la perfección cómo se fueron desarrollando los acontecimientos. "Es como en un trabajo. Llegas una mañana y no vas, pero te empiezan a venir bien las cosas y cambias el chip porque te puede llegar la oportunidad", destaca.

Y llegó. Serrano se metió en una escapada. Y aunque había "rivales fuertes", lo tuvo claro en su pensamiento. "Coño, esta tiene que ser", pensó en aquel momento el chapeleiro, que dos días antes ya se había metido en una fuga en la que al final ganó el mosense Óscar Pereiro. "Ese año no bajaba bien de tanto trompazo e iba contracorriente", rememora.
Pero aquel fue el día: "Mi director me repetía que era mi gran oportunidad y yo le decía que ya lo sabía". De ese modo, empezó a atacar hasta que soltó a Cedric Vasseur y Axel Merckx, para entrar en meta en solitario. Y menos mal. "Vasseur me aguantaba la rueda y yo pensaba en que como llegase con este arriba, me comía al sprint. Y, justo cuando más me dolían las piernas, se quedó", recuerda Serrano, que así se adjudicó la victoria. n
 

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