El vigués, en un buen momento, regresa al campo donde se estrenó como goleador en 2013
El 16 de septiembre de 2013, lunes para más señas, el Athletic Club vivía una jornada especial con la disputa del primer partido oficial en el nuevo estadio de San Mamés. Era la cuarta jornada liguera y fue el Celta el conjunto visitante en un duelo que acabó con triunfo local por 3-2. El encuentro dejó cinco goleadores, pero sólo uno de ellos podrá repetir suerte a partir de esta temporada: el céltico Santi Mina.
Con tan solo 17 años, el vigués afrontaba el segundo partido de su vida con el primer equipo en Primera, tras la breve experiencia del curso anterior con el debut en Getafe en el adiós de Paco Herrera. En el minuto 71, con el marcador en contra de 3-1 tras la remontada local al tanto inicial de Charles –ahora en Segunda B con el Pontevedra– con goles de San José, Beñat e Iraola –los tres ya fuera del Athletic–, Luis Enrique Martínez decidió situar al delantero en el campo y éste se lo iba a agradecer con una diana ocho minutos después. La festejó buscando las cámaras de televisión, lo que le valió una ligera reprimenda.
Más de siete años después, aquel niño lleva 63 goles en el fútbol profesional, habiendo pisado ya la Liga de Campeones. Este viernes, retorna a un campo que siempre será especial para él por ese tanto para medirse al equipo al que más veces se ha enfrentado en su carrera (14) y al que más veces ha ganado (6). Aunque esa sensación de haber marcado en tal escenario no ha podido repetirla.
Tal vez pueda ahora aprovechando su mejor momento desde que decidió regresar a Vigo en verano de 2019. Una llamada de su amigo Rubén Blanco fue el inicio de un retorno que la pasada campaña no dio todos los frutos que se deseaban. Hoy, tras un inicio de temporada también tímido, Mina ha encontrado su sitio en el once ocupando la posición de nueve.
Y se está ganando la titularidad con creces. Ya no sólo con pelea, que nunca le ha faltado, sino aportando capacidad táctica y sabiduría para jugar con futbolistas de más técnica que él. San Mamés verá de nuevo al mejor Mina.n
Con tan solo 17 años, el vigués afrontaba el segundo partido de su vida con el primer equipo en Primera, tras la breve experiencia del curso anterior con el debut en Getafe en el adiós de Paco Herrera. En el minuto 71, con el marcador en contra de 3-1 tras la remontada local al tanto inicial de Charles –ahora en Segunda B con el Pontevedra– con goles de San José, Beñat e Iraola –los tres ya fuera del Athletic–, Luis Enrique Martínez decidió situar al delantero en el campo y éste se lo iba a agradecer con una diana ocho minutos después. La festejó buscando las cámaras de televisión, lo que le valió una ligera reprimenda.
Más de siete años después, aquel niño lleva 63 goles en el fútbol profesional, habiendo pisado ya la Liga de Campeones. Este viernes, retorna a un campo que siempre será especial para él por ese tanto para medirse al equipo al que más veces se ha enfrentado en su carrera (14) y al que más veces ha ganado (6). Aunque esa sensación de haber marcado en tal escenario no ha podido repetirla.
Tal vez pueda ahora aprovechando su mejor momento desde que decidió regresar a Vigo en verano de 2019. Una llamada de su amigo Rubén Blanco fue el inicio de un retorno que la pasada campaña no dio todos los frutos que se deseaban. Hoy, tras un inicio de temporada también tímido, Mina ha encontrado su sitio en el once ocupando la posición de nueve.
Y se está ganando la titularidad con creces. Ya no sólo con pelea, que nunca le ha faltado, sino aportando capacidad táctica y sabiduría para jugar con futbolistas de más técnica que él. San Mamés verá de nuevo al mejor Mina.n
