Lucía Rodríguez y Ania Setién, compañeras de entrenamiento y habitación, dominan el bádminton femenino júnior
Dos años residiendo juntas en Salvaterra, compañeras de entrenamiento en Pontevedra y de habitación en las expediciones de la selección española. Lucía Rodríguez, de 16 años, y Ania Setién, de 17, comparten vida y rivalizan por ser la mejor jugadora júnior de España. El talento llega por partida doble y el pasado domingo, Rodríguez se impuso en el Campeonato de España sub-19 en individual y en dobles, en la segunda modalidad junto a una Ania que sale de una fractura en el pie y está lejos de su nivel habitual.
La historia de esta rivalidad íntima comenzó hace más de tres años cuando la vasca Ania se trasladó a Galicia. "Los padres de Lucía Rodríguez llamaron a los de Ania. Es decir, invitaron a su máxima rival a su casa. Nosotros vimos la ocasión para juntarlas y que las dos pudieran progresar, ya no a nivel de España, pensamos en un ámbito europeo. Había la opción de que chocasen y para nada, fue un gustazo. En tres años no han dado ni un problema", explica Rafa Vázquez, el responsable de bádminton del Centro Galego de Tecnificación Deportiva.
La dos jugadoras ya tenían una amistrad de niñas que se incrementó de forma notable durante todo este tiempo. "Comenzaron a jugar el dobles juntas y se entienden a la perfección. En casa tenían la opción de dormir en habitaciones diferentes, pero ellas mismas decidieron hacerlo en la misma porque ya estaban acostumbradas a las concentraciones de la selección española. Durante dos años fueron casi como gemelas", expresa Geli García, madre de Lucía Rodríguez. "Fue una experiencia muy positiva para nosotros. Nunca nos dio un poblema tener a Ania en casa", añade. Desde el pasado mes de septiembre, la vasca optó por quedarse el fin de semana en un piso en Pontevedra por motivos de estudios, ya que cursa segundo de bachillerato.
Rafa Vázquez insiste en que una de las claves para la convivencia de ambas estuvo en que "la educación que les dieron sus padres fue fundamental para esto. Han sabido educarlas bien y no ven esto como un ganar o perder. Les mostraron que las victorias o las derrotas se deben tomar con naturalidad. Ya vinieron de casa con esa filosofía, lo que nos ayuda mucho. A esto añaden que tienen la amistad entre ellas, que es lo más importante".
Debido a su nivel, ambas se enfrentan en numerosas ocasiones. "Cuando juegas contra otra persona, pasa a ser tu rival. Juegas a tope, da igual a quién tengas delante. Lo que pasa es que al entrenar juntas nos conocemos mucho y eso provoca que nos tengamos que exigir más y, por ello, progresamos más. No hay capacidad de sorpresa", explica la propia Lucía Rodríguez. Una visión que comparte Ania Setién: "Cada vez que jugamos un partido, suelen ser muy igualados. Al terminar una competición entre nosotras, lo primero q hacemos es comentarlo y sacar las cosas buenas y malas de la otra porque no deja de ser un partido más de todos los que jugamos durante el año en entrenamientos. Y no muy lejos, en la grada, disfruta viendo las evoluciones de las dos jugadoras Rafa Vázquez. "El trabajo lo tengo los sábados en las eliminatorias. Una vez que se meten las dos en la final me quedo a ver el partido y a disfrutarlo".
Esta situación de rivalidad entre amigas se vive en los cuadros individuales, pero no en los dobles. Desde el pasado año, forman pareja y "son una pareja fantástica. No han discutido ni una vez en dos años", expresa Vázquez. El pasado domingo, en el Campeonato de España de Toledo, Ania Setién, con problemas en el pie, no tenía la movilidad adecuada y "tenía muchas ganas de ganar el dobles y yo también. Sacamos fuerza para conseguir ganar, ya que la final resultó complicada porque Ania apenas se podía mover. Parte del bádminton es cubrirse. Cuando ella está mal, yo tiro del carro y cuando soy yo la que está peor, tiene que tirar ella", describe Lucía Rodríguez.
Debido a su alto nivel y a su palmarés, la gran pregunta es saber hasta dónde pueden llegar. "É cedo pasa saber ata onte poden chegar. Carolina Marín coa súa idade xa tiña gañado un Campionato de Europa sub-18. Lucía perdeu o outro día en cuartos de final e estivo moi cerca da medalla", explica Pablo Méndez, su entrenador en el Suflenorsa As Neves. A ello añade, que "os resultados dos torneos amosan o xeito que teñen de adestrar. As dúas o fan moi forte, ó máximo e sempre saen fundidas de cada sesión. Están moi centradas ó que engaden que nos estudos son igual, de moi boas notas".
Las expectativas son altas y en la presente temporada ya obtuvieron sobre "una docena de medallas internacionales", expresa Vázquez. Unos resultados que sitúan a Lucía Rodríguez "entre las cinco mejores del ránking de Europa y a las dos entre la viente primeras del mundo cuando todavía tienen meses por delante en la categoría júnior", expresa el entrenador del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Saber el nivel que alcanzarán es complicado, pero "hasta ahora la proyección es muy buena. Y todo parece indicar que así seguirá. Además entrenan muy bien, los resultados que tienen son por talento, pero también porque ya trabajan a mucho nivel".
Todo ello de la mano, rivales en individuales, compañeras en dobles y amigas, casi hermanas en la vida. Lucía Rodríguez y Ania Setién viven desde hoy y hasta el domingo un nuevo Campeonato de España, el sub-17. El sueño es "llegar a unos Juegos Olímpicos, como todo deportista", admite la de Salvaterra.n
La historia de esta rivalidad íntima comenzó hace más de tres años cuando la vasca Ania se trasladó a Galicia. "Los padres de Lucía Rodríguez llamaron a los de Ania. Es decir, invitaron a su máxima rival a su casa. Nosotros vimos la ocasión para juntarlas y que las dos pudieran progresar, ya no a nivel de España, pensamos en un ámbito europeo. Había la opción de que chocasen y para nada, fue un gustazo. En tres años no han dado ni un problema", explica Rafa Vázquez, el responsable de bádminton del Centro Galego de Tecnificación Deportiva.
La dos jugadoras ya tenían una amistrad de niñas que se incrementó de forma notable durante todo este tiempo. "Comenzaron a jugar el dobles juntas y se entienden a la perfección. En casa tenían la opción de dormir en habitaciones diferentes, pero ellas mismas decidieron hacerlo en la misma porque ya estaban acostumbradas a las concentraciones de la selección española. Durante dos años fueron casi como gemelas", expresa Geli García, madre de Lucía Rodríguez. "Fue una experiencia muy positiva para nosotros. Nunca nos dio un poblema tener a Ania en casa", añade. Desde el pasado mes de septiembre, la vasca optó por quedarse el fin de semana en un piso en Pontevedra por motivos de estudios, ya que cursa segundo de bachillerato.
Rafa Vázquez insiste en que una de las claves para la convivencia de ambas estuvo en que "la educación que les dieron sus padres fue fundamental para esto. Han sabido educarlas bien y no ven esto como un ganar o perder. Les mostraron que las victorias o las derrotas se deben tomar con naturalidad. Ya vinieron de casa con esa filosofía, lo que nos ayuda mucho. A esto añaden que tienen la amistad entre ellas, que es lo más importante".
Debido a su nivel, ambas se enfrentan en numerosas ocasiones. "Cuando juegas contra otra persona, pasa a ser tu rival. Juegas a tope, da igual a quién tengas delante. Lo que pasa es que al entrenar juntas nos conocemos mucho y eso provoca que nos tengamos que exigir más y, por ello, progresamos más. No hay capacidad de sorpresa", explica la propia Lucía Rodríguez. Una visión que comparte Ania Setién: "Cada vez que jugamos un partido, suelen ser muy igualados. Al terminar una competición entre nosotras, lo primero q hacemos es comentarlo y sacar las cosas buenas y malas de la otra porque no deja de ser un partido más de todos los que jugamos durante el año en entrenamientos. Y no muy lejos, en la grada, disfruta viendo las evoluciones de las dos jugadoras Rafa Vázquez. "El trabajo lo tengo los sábados en las eliminatorias. Una vez que se meten las dos en la final me quedo a ver el partido y a disfrutarlo".
Esta situación de rivalidad entre amigas se vive en los cuadros individuales, pero no en los dobles. Desde el pasado año, forman pareja y "son una pareja fantástica. No han discutido ni una vez en dos años", expresa Vázquez. El pasado domingo, en el Campeonato de España de Toledo, Ania Setién, con problemas en el pie, no tenía la movilidad adecuada y "tenía muchas ganas de ganar el dobles y yo también. Sacamos fuerza para conseguir ganar, ya que la final resultó complicada porque Ania apenas se podía mover. Parte del bádminton es cubrirse. Cuando ella está mal, yo tiro del carro y cuando soy yo la que está peor, tiene que tirar ella", describe Lucía Rodríguez.
Debido a su alto nivel y a su palmarés, la gran pregunta es saber hasta dónde pueden llegar. "É cedo pasa saber ata onte poden chegar. Carolina Marín coa súa idade xa tiña gañado un Campionato de Europa sub-18. Lucía perdeu o outro día en cuartos de final e estivo moi cerca da medalla", explica Pablo Méndez, su entrenador en el Suflenorsa As Neves. A ello añade, que "os resultados dos torneos amosan o xeito que teñen de adestrar. As dúas o fan moi forte, ó máximo e sempre saen fundidas de cada sesión. Están moi centradas ó que engaden que nos estudos son igual, de moi boas notas".
Las expectativas son altas y en la presente temporada ya obtuvieron sobre "una docena de medallas internacionales", expresa Vázquez. Unos resultados que sitúan a Lucía Rodríguez "entre las cinco mejores del ránking de Europa y a las dos entre la viente primeras del mundo cuando todavía tienen meses por delante en la categoría júnior", expresa el entrenador del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Saber el nivel que alcanzarán es complicado, pero "hasta ahora la proyección es muy buena. Y todo parece indicar que así seguirá. Además entrenan muy bien, los resultados que tienen son por talento, pero también porque ya trabajan a mucho nivel".
Todo ello de la mano, rivales en individuales, compañeras en dobles y amigas, casi hermanas en la vida. Lucía Rodríguez y Ania Setién viven desde hoy y hasta el domingo un nuevo Campeonato de España, el sub-17. El sueño es "llegar a unos Juegos Olímpicos, como todo deportista", admite la de Salvaterra.n
