Fútbol

El Casablanca se echa a la calle por un campo propio

Los jugadores del Casablanca cortaron un tramo de la calle Urzaiz con sus entrenamientos y sus pancartas.
photo_camera Los jugadores del Casablanca cortaron un tramo de la calle Urzaiz con sus entrenamientos y sus pancartas.

Sus más de 200 futbolistas de todas las categorías están obligados a un triste peregrinar

El peregrinaje continuo del club San Roque Casablanca-Mercantil merece un final. Porque el día a día de más de 200 futbolistas es una incertidumbre constante sobre dónde pueden entrenar y dónde podrán jugar cada fin de semana. La falta de un campo propio donde poder desarrollar todas sus actividades ya los sacó a la calle hace un año y ayer volvió a hacerlo. Y ahí entrenarán cada miércoles mientras las instituciones no den una solución a un problema que viene de antiguo.
Así, más de un centenar de jóvenes futbolistas de la entidad ocuparon ayer el tramo de la calle Urzaiz frente al muro de la estación para hacer de nuevo visible el problema. Durante horas, el tráfico estuvo cortado y los niños y niñas se ejercitaron sobre el asfalto.
La medida de presión se toma porque la directiva que preside Juan Lago no ve otra salida. Cansados de "buenas palabras" de los políticos, ven como la opción de construir un campo en la remodelación prevista de la nueva estación queda aparcada por el Ministerio de Fomento, quien no ha respondido al escrito con las 7.000 firmas que también le fue presentado a Concello de Vigo y Diputación, quienes sí contestaron pero sin dar todavía una solución.
"Somos el único club de Vigo que no dispone de una instalación en su barrio", se lamenta Lago, quien recuerda que en Casablanca viven 50.000 personas. Hasta hace unos años, el campo federativo de Samil acogía sus entrenamientos, pero  éste lleva tiempo cerrado por obras. Y lo mismo sucederá a partir de la semana que viene con el de Samil, que los había acogido últimamente y cuyo uso esta temporada "ya hemos pagado". Por eso, al Casablanca sólo le queda vivir de la buena voluntad del Sampaio, que les cede su campo de tierra.
"Necesitamos un campo propio", lamenta el presidente. Y el barrio de Casablanca lo secunda.n  

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