Aunque en esta ocasión fue su última novela, “Rómpete corazón”, la que la trajo a tierras gallegas. Abogada de formación, con su segundo título, “La casa de los amores imposibles”, en 2010, dejó las leyes para dedicarse a tiempo completo a la literatura. Siete años después quedó finalista de los Premios Planeta con “Niebla en Tánger”. Llega con una nueva propuesta, también de Planeta, que presentó a los lectores de Atlántico.
En “Rómpete corazón” fusiona géneros literarios, ¿hay alguno en el que se sienta más cómoda?
Diría que es un thriller contemporáneo. Aborda la historia de la desaparición de dos niñas, dos sucesos casi idénticos que son investigados por el mismo policía. Pero también está relacionado como los tradicionales cuentos de hadas, donde hay un cambio profundo,como el paso a la pubertad. En realidad hay conexión entre este género y la novela negra. A nivel técnico, ambos juegan con la repetición, siempre comienzan con una desgracia que acaba solucionándose con un final feliz o con la resolución del caso.
Pero es también una historia de sentimientos contenidos.
El título hace alusión a una cita de Hamlet : “Esto no es bueno, ni puede acabar bien; pero ¡rómpete, corazón, pues debo refrenar la lengua!”. Es el silencio obligado por el dolor que le produce recordar. Expresa el amor tóxico, pero también el familiar.
En su narrativa se aprecia emoción, pero también técnica. ¿Qué pesa más la inspiración o la formación?
Escribo por vocación desde adolescente, además siempre leí mucho. Creo que las dos cosas son importantes: tiene que salir de dentro, pero hay que trabajar la historia. Fui a una escuela de escritura creativa y es importante vivirlo, poder compartir los trabajos y aprender a distinguir los puntos fuertes de uno. Antes de escribir hay que conocer la técnica.
