Papeles del rock

Cruzando el Atlántico con Rod Stewart

Rod Stewart en una imagen de los años 70 del pasado siglo.
photo_camera Rod Stewart en una imagen de los años 70 del pasado siglo.
Se dice de él que es uno de los personajes más extremadamente tacaños del mundo del rock'n'roll, quizá en dura competencia con Mick Jagger. Juerguista, mujeriego, rockero a tope, amante de la fiesta, bebedor de buena casta en determinadas épocas de su vida, amigo íntimo de Elton John y Ronnie Wood, así como fanático del fútbol, en especial de la selección escocesa y del F.C.Barcelona y británico hasta la médula. 
De carácter en ocasiones desa-gradable y no siempre muy accesible, en especial con la prensa musical inglesa, con la que siempre ha mantenido una inestable relación de amor/odio, es capaz sin embargo de hacerte saltar y bailar rock'n'roll como un loco cuando ataca con su banda el rock fuerte y crudo que su aguardentosa garganta exhala con la misma genialidad que cuando muestra su faceta más íntima y con esa misma voz rota, de mañana de resaca siguiente a una buena noche de rock'n'roll, susurra muchas de las baladas más emocionantes que se han escrito nunca en nuestra música o piezas de blues de las que ponen la piel de gallina. Señoras y señores… Rod Stewart. 
Ayer sábado 15 de agosto, se cumplieron exactamente 45 años de la edición en el verano de 1975 del álbum que le encumbró como toda una estrella del rock especialmente en Estados Unidos, y a partir del cual su carrera conoció, durante casi una década, hasta mediados de los 80, unos años de éxitos espectaculares, giras mundiales multimillonarias y una popularidad tan enorme como merecida. Ese disco se llamaba ‘Atlantic Crossing’ y es una auténtica joya musical, que contiene en sus microsurcos mucho de lo mejor que Rod Stewart ha hecho en toda su carrera. Ni qué decir tiene, antes de proporcionarles algunos datos para poner en contexto lo que significó este disco en el rock de la década de los 70, les recomiendo inexcusablemente que se hagan con él y lo disfruten en toda su extensión en caso de que no lo tengan en su discografía. 
"Atlantic Crossing" (“Cruzando el Atlántico” en castellano) fue el sexto álbum en solitario de Rod Stewart, y tanto por el título como por la portada, donde se muestra a nuestro protagonista dando un paso de gigante desde Gran Bretaña hasta el país de los rascacielos, es un disco que anuncia la decisión que Rod, igual que otros muchos músicos británicos tomaron en los años 70 ante los, en su opinión, abusivos impuestos que el gobierno de su majestad gravaba sobre los beneficios de las actividades artísticas, tomó a finales de 1974: convertirse en un “exiliado fiscal” y marcharse a vivir a California. 
Por otra parte, en ese periodo entre 1974 y 1975, Rod Stewart se encontraba en una auténtica encrucijada más allá de sus tormentosas relaciones con la hacienda británica. Desde 1969, compaginaba su actividad en solitario con la del grupo con el que se hizo famoso, Faces, pero éstos, tras la edición del que sería su último álbum, "Oh, La, La" en 1973, habían entrado en una crisis tanto comercial y creativa como de deterioro de sus relaciones personales de la que ya no se recuperarían y que desembocaría en la ruptura final del grupo. De hecho, el propio Rod Stewart explicó al escritor George Tremlett, “Llegó un momento en el que sentí que los Faces se habían convertido para mí en un lastre. Era cada vez para mí más frustrante llegar al local de ensayo con toda una serie de ideas, bocetos y canciones que había compuesto y al mostrárselas, escuchar simplemente una serie de carraspeos, comentarios de absoluta indiferencia y sugerencias que me parecían absolutas estupideces. ¡Joder, yo trabajaba, llevaba algo a la hora de empezar a pensar en grabar un disco, mientras que ellos se tocaban los huevos y encima me criticaban! Así que un día les dije: “Chicos, ha sido un placer trabajar con vosotros, pero me marcho”. Por obligación contractual, tuve que hacer una gira más con los Faces al igual que Ronnie Wood, que ya estaba en los Rolling Stones en el 75, pero fue la última y no la recuerdo con especial agrado, si he de ser sincero”. 
Fuera de los Faces, unido sentimentalmente a la famosa actriz sueca Britt Ekland, estrenando una lujosa mansión en Los Angeles y con un sustancioso contrato recién firmado con Warner Music, Rod Stewart grabó "Atlantic Crossing" entre los meses de abril y mayo de 1975 en cinco estudios diferentes: los A&R de Nueva York, los míticos Wally Heider de Los Angeles, los Criteria Recording Studios de Miami, los Muscle Schoals de Alabama y los Hi Recordings de Memphis. Y la nómina de colaboradores que nuestro hombre incorporó a esta grabación, probablemente irrepetible: guitarristas como Jesse Ed Davis, Steve Cropper de los Booker T & The Memphis Group o Fred Tackett de Little Feat, bajistas como Donald "Duck" Damm, músico de sesión de gente como Otis Redding, Elvis Presley o Rufus Thomas entre otros, la sección de viento de la Stax Records o el propio Booker T. Jones como teclista. 
Este heterogéneo conjunto de músicos, en su gran mayoría provenientes del soul, sin embargo proporcionó a Rod Stewart una base musical genuinamente rockera, por supuesto combinada con sus preciosas baladas, y una atmósfera musical, un sonido que deliberadamente se alejaba de los Faces pero sin perder su esencia rockera, bien complementada por ese perfume soul y blues que "Atlantic Crossing" destilaba. Si en “Three Time Looser” es todavía evidente la conexión con los Faces, en “Allright For An Hour”, Stewart se mueve en un groove que amalgama rock, disco y soul, para volver al rock más fuerte y rudo en “All In The Name Of Rock'n'Roll”, darle un aire exótico a su versión del “Drift Away” de Mentor James –versionada por los Rolling Stones y conocida como “outtake” todavía inédito de las grabaciones de ‘It's Only Rock'n'Roll’- recuperar el rock fuerte, cervecero y potente en “Stone Cold Sober” y en la cara B del disco, emocionarnos con baladas de la sensibilidad de “I Don't Want To Talk About It” y sobre todo de la versión del “Sailing” de The Sutherland Brothers, uno de los singles de más éxito de "Atlantic Crossing".
El disco llegó a ser nº1 de las listas oficiales de ventas de Inglaterra y Australia, llegó al nº9 en Estados Unidos y lanzó a Rod Stewart como un auténtico fenómeno del rock de los 70. 
Al escribir este artículo, no puedo evitar acordarme de uno de mis maestros tanto en la historia del rock como en el placer de la buena literatura, mi admirado Jordi Sierra i Fabra, del cual conservo y releo a menudo su biografía de Rod Stewart editada en 1979, y en la cual decía: “Esos pelos rubios de punta y esas teenagers chillándote histéricas en los conciertos como si tuvieras veinte años menos, son todo un símbolo, un sello, un estigma. Yo le llamo a eso ser vital”. 
Como siempre, lo clavaste, querido Jordi. n

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