El Instituto de Estudios Vigueses publica un nuevo título de la colección “Vigo na memoria” que en esta ocasión le dedica a la escuela de Artes e Oficios (actual Emao). La miembros numerario del Instituto, Dolores Elena Durán, firma “Influencia de la Escuela Artes y Oficios de Vigo en la ciudad y su contorno”.
La publicación que coincide en el 120 aniversario de la sede de la institución hace un breve repaso a su trayectoria, desde su fundación en 1885, promovida por La Cooperativa y apoyada por la burguesía viguesa. Otra fecha importante en sus inicios fue 1888 cuando dejó de ser privada para convertirse en una escuela pública. Abrió en la calle Circo (actual rúa Eduardo Iglesias). En 1900 se trasladó a su ubicación definitiva, en un inmueble donado por José García Barbón con la condición de que dedicase a la formación del obrero y de la mujer. La avenida, que hoy lleva el nombre del benefactor, era entonces Duque de la Victoria.
Durán recoge las materias que se impartían: “Según los cambios socioeconómicos de la ciudad y de su entorno, la Escuela creaba unas asignaturas o eliminaba otras, siempre adaptándose a las necesidades del alumnado”. Dibujo geométrico industrial era la más demandada por los estudiantes masculinos; corte y confección, por las mujeres.
Recoge como a mediados del siglo XX salieron de la Escuela al menos 300 empresarios, 137 artistas, 72 ferroviarios, 42 tranviarios o 30 maestros. Empresas como Vulcano de Enrique Lorenzo, , el garaje José Abalde o la cristalería Julio Lago surgen en el centro, por donde pasan entre otros, Jenaro de la Fuente.
El libro se presentará el próximo martes, a las 19;30, en Cánovas del Castillo, 2.
La publicación que coincide en el 120 aniversario de la sede de la institución hace un breve repaso a su trayectoria, desde su fundación en 1885, promovida por La Cooperativa y apoyada por la burguesía viguesa. Otra fecha importante en sus inicios fue 1888 cuando dejó de ser privada para convertirse en una escuela pública. Abrió en la calle Circo (actual rúa Eduardo Iglesias). En 1900 se trasladó a su ubicación definitiva, en un inmueble donado por José García Barbón con la condición de que dedicase a la formación del obrero y de la mujer. La avenida, que hoy lleva el nombre del benefactor, era entonces Duque de la Victoria.
Durán recoge las materias que se impartían: “Según los cambios socioeconómicos de la ciudad y de su entorno, la Escuela creaba unas asignaturas o eliminaba otras, siempre adaptándose a las necesidades del alumnado”. Dibujo geométrico industrial era la más demandada por los estudiantes masculinos; corte y confección, por las mujeres.
Recoge como a mediados del siglo XX salieron de la Escuela al menos 300 empresarios, 137 artistas, 72 ferroviarios, 42 tranviarios o 30 maestros. Empresas como Vulcano de Enrique Lorenzo, , el garaje José Abalde o la cristalería Julio Lago surgen en el centro, por donde pasan entre otros, Jenaro de la Fuente.
El libro se presentará el próximo martes, a las 19;30, en Cánovas del Castillo, 2.
