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La última superviviente aún recuerda el siniestro de Cans

Primitiva con su marido Antonio, ayer en su casa de Orbenlle, Budiño-Porriño.
photo_camera Primitiva con su marido Antonio, ayer en su casa de Orbenlle, Budiño-Porriño.
Con 18 años, Primitiva González estuvo a punto de morir en un bus que volcó y ardió
n n n  Primitiva González González viajaba la mañana del 26 de febrero de 1955 en un autobús camino de la Feria de Ponteareas. Se subió, como otros pasajeros, en Porriño, tras bajar andando desde su casa de Orbenlle, en Budiño. Tenía 18 años. Hoy 83, y dice que se encuentra bien pero "con algunos achaques". Esta vecina de Budiño es, posiblemente, la única superviviente del siniestro que tuvo lugar en la parroquia de Cans, cuando el autobús en el que viajaba, conducido por Antonio González, de 34 años, que se dedicaba a trasladar a gente que iba a comprar o vender a las ferias, en una curva, tras romperse una ballesta, cayó por un  desnivel, chocó con un poste de granito y rebotó contra una piedra, volcando sobre un costado e incendiándose rápidamente. "Yo salí de las llamas porque rompieron el cristal si no me quedaba allí". Recuerda Primitiva. "Fue muy duro y aún hoy no puedo pasar por allí sin que me caigan las lágrimas" (hay un monumento que recuerda el siniestro, pero abandonado).  En declaraciones a este diario, Primitiva supone que es "la única que queda con vida" de los pocos que se salvaron. "De aquella -dice-, no había coches y cogíamos el autobús que venía de Redondela, en Porriño, para ir a la feria de Ponteareas, y la vuelta la hacíamos andando". En el autobús iban 44 pasajeros de los cuales se salvaron 13: dos salieron ilesos y otros 11 con heridas de diversa consideración. "De Budiño éramos siete y murieron cinco", recuerda Primitiva todavía emocionada. n

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