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Ribarteme celebró Santa Marta sin ataúdes y con tensión

Los vecinos que se concentraron se dejaron ver todo el día en el torreiro de la iglesia.
photo_camera Los vecinos que se concentraron se dejaron ver todo el día en el torreiro de la iglesia.
Un grupo de vecinos de la parroquia de As Neves protestó contra el consejo parroquial

 La fiesta de Santa Marta de Ribarteme, que ya iba a ser atípica este año a causa de la pandemia, se vio todavía más enrarecida a causa de las protestas que un grupo de vecinos llevaron a cabo contra el consejo parroquial, cuyas decisiones –unilaterales, de acuerdo con estos– no comparten.
El catalizador de todas las tensiones fue el cambio de lugar de la figura de Santa Marta –que da nombre a la capilla– por la de San José –patrón de la parroquia– presidiendo el lugar de culto. "De toda la vida estuvo Santa Marta en el altar, queremos que vuelva a su sitio", explica Verónica Fernández, portavoz del grupo de vecinos que encabeza las protestas. Y es que no entienden las decisiones del consejo parroquial, "que llegó de un día para otro y hacen lo que les da la gana". 
Para este grupo de lugareños, el nuevo párroco y el consejo parroquial que lo rodea–afirman que todos han venido "de fuera"– han supuesto un problema, en especial en todo lo que atañe a la vida religiosa. Sobre todo porque toman decisiones en las que los vecinos, que financian a la parroquia y las fiestas patronales, no tienen voz ni voto. "Incluso hay gente a la que se le prohíbe la entrada en la iglesia", afirma Verónica. "A dos vecinas no les dejaron entrar y las echaron fuera agarrándolas por el brazo sin dar ningún motivo. El cura dice que la iglesia es suya y él manda ahí", comenta.
Las polémicas con este nuevo consejo parroquial no paran de sucederse. Una de las quejas más sonoras de este grupo de vecinos de Ribarteme es la decisión de reformar el interior de la iglesia sin contar con su aprobación o consejo: "Pusieron nuevos santos, reformaron toda la casa de la santa y ni siquiera nos consultaron", indica la portavoz. Otra de las historias que cuenta Verónica es cuando, hace un mes, el consejo se había encontrado supuestamente un féretro con restos humanos para luego cambiar su versión diciendo que no había más que telas sin informar a las autoridades pertinentes.
A pesar de que llevan tiempo pidiendo reuniones –que no les conceden– y explicaciones, una de las trabas que se encuentran cada vez que buscan respuestas es una presunta actitud de agresividad por parte de los miembros del consejo parroquial: "Cuando salen de la iglesia, viene un grupo de gente de fuera y se pone alrededor de ellos para que nadie se acerque, como si esto fuera una mafia", comenta Verónica, que admite haber sufrido incluso amenazas por parte del consejo parroquial. "Ayer por la noche me vieron por la calle y me hicieron gestos amenazantes gritando ' Viva Franco' y cosas así. Un día incluso se me presentaron en casa, relata la portavoz del grupo de vecinos.
Pero, en medio de estas acusaciones, la intención de estos lugareños de Ribarteme no es otra que recuperar sus tradiciones: –la comisión de fiestas se disolvió y asumió su rol el consejo– "antes trabajábamos todos unidos, no podemos permitir que un cura y estas cinco personas nos avasallen".

Misas en el exterior, distancia social y aforo limitado en Santa Marta

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La imagen de miles de personas congregadas alrededor de la iglesia de Santa Marta de Ribarteme para la tradicional procesión de los ataúdes este año se ha quedado en un recuerdo y nada más debido a la pandemia. Pero eso no ha impedido que los fieles rindan culto a su santa, pues la iglesia de la parroquia de As Neves montó una carpa en el torreiro anexo a la iglesia para celebrar las ceremonias religiosas. Eso sí, con un público limitado.
De acuerdo con el párroco Sergio Gómez, se dispusieron hasta 70 sillas en la explanada separadas por dos metros. Además, 25 voluntarios y miembros de Protección Civil y la Guardia Civil velaron por la seguridad de todos los asistentes desinfectando las sillas entre las misas y evitando que se formasen aglomeraciones en torno a la iglesia, que estaba abierta para recibir las ofrendas a la santa.
Así, ayer se llegaron a celebrar hasta cinco actos religiosos en los alrededores del templo de Santa Marta de Ribarteme: una misa por los afectados de la pandemia, otra para los enfermos, otra por la iglesia y el pueblo de venezuela, la misa solemne por los romeros y devotos y la tradicional bendición de los niños.
Todo ello con las protestas de los vecinos en contra del consejo parroquial siempre presentes junto al lugar de celebración de los actos.n

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