Santiago Rodríguez Davila es un caso insólito en política: por cuarta vez encabeza de nuevo la candidatura del Partido Popular de Salceda de Caselas. Y los hace con el handicap de que en las tres ocasiones anteriores, las urnas le dieron mayoría de sufragios, pero no pudo gobernar por un puñado de votos: menos de 100, que truncaron su ilusión de ser alcalde por un pacto ‘in exrtremis’ firmado entre el PSOE y Movemento Salceda, que por esas ‘cosas de la política, los acuerdos y el roce diario compartiendo el mismo espacio’, hoy ni siquiera se dirigen la palabra. Por eso de nada valen videos bonitos ni banderolas, “lo que de verdad vale es la trazabilidad política”. Y de eso él va sobrado.
Cumplido el mandato iniciado en 2019, el PP provincial lo ha vuelto a respaldar -sin fisuras y dándole libertad absoluta de acción-, como candidato a la Alcaldía “para cambiar el rumbo de Salceda”. Y espera lograrlo en su cuarto intento. “Me siento legitimado para gobernar”, afirma. Y asume su ‘cuarta vez’ con serenidad y entendiendo la política con sosiego y con un bagaje de experiencia adquirida durante estos años en la oposición. “Estamos tranquilos y ahora mismo en situación de empate técnico, pero las sensaciones son buenas y solo falta que la gente cumpla lo que nos promete”. Hay esperanza “y se va a decidir en el último momento". Siete son mayoría absoluta y solo hay que superar la ‘maldición eterna de ese puñado de votos para lograrlo. Y ya no valen “videos bonitos o banderolas, lo que de verdad vale, es la trazabilidad política”. Y el 28M “nos puede beneficiar igual que los errores cometidos por la coalición de gobierno, no lo han hecho bien, han incumplido muchas cosas y eso les va a perjudicar”.