Indicios de un cambio de estilo en el Celta

El técnico celeste, Rafa Benítez, charla con uno de los últimos fichajes, Anastasios Douvikas.
photo_camera El técnico celeste, Rafa Benítez, charla con uno de los últimos fichajes, Anastasios Douvikas.
El Celta del arranque liguero marca mínimos en posesión y número de pases respecto a la última década

La llegada de Rafa Benítez al Celta ha supuesto un cambio en muchos aspectos. Seguro, en la apuesta económica realizada para cubrir el banquillo, inédita, al menos, desde el último ascenso. Emparejado con ello, la determinación de tirar de un técnico ya muy experimentado, con nada menos que tres décadas en el fútbol europeo en su currículum y diez títulos. Pero tampoco es el menor la asunción de un cambio de estilo futbolístico, dejando ya de forma definitiva aquello de la apuesta por la posesión y por ser protagonista que ya venía intuyendo con Carlos Carvalhal al frente.

Benítez habla claro: lo más importante es el resultado. Y en su carrera ha demostrado que ha sabido alcanzarlos con un fútbol más sólido que efectista, más vertical que horizontal, más de ejecutar que de crear. Las estadísticas parecen confirmar ese cambio de tendencia, ya apuntado desde la dirección deportiva por Luís Campos, aunque no es válido sacar conclusiones contundentes de apenas cuatro partidos de Liga, por lo que pueda suponer de elemento distubador el propio calendario, con partidos ante dos rivales de la alcurnia de la Real Sociedad y el Real Madrid.

Con todo, ya se pueden intuir ciertos indicios de cambio. De momento, el Celta se queda lejos del 50% de posesión en el cómputo de las cuatro jornadas, con un 42,9% de media -un tope del 52,5 con Osasuna y un mínimo de 36,5 con el Madrid-, cuando en la última década nunca había bajado de ese porcentaje, con picos de hasta el 55% en las campañas 14/15 y 15/16, las dos primeras con Eduardo Berizzo al mando.

Menos pases

Otro dato que parece apuntar una tendencia es la reducción en el número de pases. Por el momento, el Celta de Benítez se está moviendo con una media de 385,3 pases por encuentro, una cifra que se superó siempre con creces en la última década, siendo la media más baja los 440,5 del pasado curso y la más alta los 514,6 de la campaña 17/18, en la que Juan Carlos Unzué ocupaba el banquillo celeste. Ahora, ya no se busca tanto la posesión y la elaboración como la verticalidad y eso reduce el número de interacciones entre los célticos, sobre todo horizontales.

El tiempo dirá si los apuntado, como parece, se confirma. Y se consagra el nuevo estilo del Celta.

Más tiros a puerta este curso

Defiende Rafa Benítez, con razón, que el hecho de no querer tanto el balón y de no manosearlo tanto no debe significar crear menos peligro en la portería rival. Al contrario, la búsqueda de la velocidad y de la verticalidad acaba propiciando más capacidad de llegada y de remate, lo que a la postre debería traducirse en un mayor acierto realizador por la regla de a más oportunidades, más goles.

Por el momento, al menos, el equipo de esta temporada sí que parece más afilado. En las cuatro jornadas disputadas, el Celta ha acumulado una media de 13,8 disparos por encuentro. De confirmarse la tendencia, estaríamos ante una campaña de más golpeo, ya que en la última década la media más alta fue 13,1 en el curso 14/15, el primero con Eduardo Berizzo en el banquillo. En este tramo, la cifra más baja fueron los 9,4 disparos de media en los que se quedó el equipo celeste en la 20/21, la que compartieron Óscar García Junyent y Eduardo Coudet.

Entre 17 y 11

El encuentro más fructífero de los disputados en este sentido fue el de la Real Sociedad, cuando el conjunto vigués acumuló 17 disparos. No en vano, se pasó la mayoría del tiempo por detrás en el marcador. Contra el Almería fueron 14, 13 contra el Real Madrid y el dato más escaso fue en la primera jornada ante Osasuna con 11. La puntería ya es otro cantar.

Te puede interesar