Si no fuera por el lastre inicial

Eduardo Coudet saluda a Jagoba Arrasate, técnico de Osasuna, único equipo con el que logró puntuar en las nefastas cinco primeras jornadas.
photo_camera Eduardo Coudet saluda a Jagoba Arrasate, técnico de Osasuna, único equipo con el que logró puntuar en las nefastas cinco primeras jornadas.
El Celta casi iguala el feliz rendimiento de Coudet la pasada campaña si se exceptúan las cinco primeras jornadas

Eduardo Coudet ya ha comentado alguna vez que, en su análisis de la temporada, realiza una amputación determinante: la de las cinco primeras jornadas. No es que no asuma como propio el arranque, con cuatro derrotas y un mero empate en Pamplona ante Osasuna merced a una gran actuación de Matías Dituro, sino que pretende dar valor  a lo realizado desde entonces hasta ahora, aunque la clasificación  no sea todavía demasiado generosa con el equipo vigués.

Se pùede calificar como ventajista el análisis, pero lo cierto es que los números apoyan el argumento. Nadie duda de que el rendimiento del equipo celeste la pasada campaña desde la llegada del técnico argentino fue positiva. En 29 jornadas se sumaron 46 puntos, lo que supone una media de 1,58 puntos por encuentro. En lo que va de la presente campaña, la media ha bajado a 1,22 con los 27 puntos en 22 citas. Pero si se realiza la mentada amputación, la cifra  se acerca mucho más, con un 1,52 de media gracias a  26 puntos en 17 encuentros.

A nivel de resultados, el Celta de Coudet tuvo el pasado curso 13 victorias (44,82%), 7 empates (24,13) y 99 derrotas (31,03). Y en el presente, van 7 triunfos (31,81), 6 igualadas (27,27) y 9 tropiezos (40,9). Con la amputación inicial, los porcentajes se acercan al primeros de los escenarios: 41% de victorias (7) y 29,4 tanto de empates como de derrotas (5).

Los mismos rivales

Ese arranque que ahora se antoja un lastre se sustanció en cuatro derrotas y un empate. De las primeras, tres fueron en casa (Atlético, Athletic y Cádiz) y una fuera (Real Madrid). Y el reparto de puntos fue de visitante ante Osasuna. En la recién iniciada segunda vuelta, únicamente ha tocado medirse a uno de esos cinco rivales, el bloque pamplonés, y en este caso el duelo se saldó con victoria celeste.

El hecho de que el calendario sea asimétrico no permitirá medir directamente si esa fase mala se puede repetir en el segundo giro  de la competición. En la cabeza del entrenador y  de sus jugadores, la idea es rendir en torno a esa media de 1,5 puntos  por partido para mirar hacia arriba. Y hacer bueno de forma definitiva el análisis con amputación mediante.

Incluso en Liga de Campeones…

Como todas las clasificaciones hechas parcialmente, tiene trampa. Pero si uno juega a diseñar una tabla desde la sexta jornada hasta la actual, se encuentra con  la feliz ilusión  de ver al Celta no ya más arriba de la décimo segunda plaza que ahora ocupa, sino en plaza de Liga  de Campeones. Ese ejercicio de funambulista numérico sitúa como líder al Real Madrid empatado con 37 puntos con el Sevilla. Por detrás, muy cerca con 34, estaría el otro conjunto sevillano, el Betis. Y en el siguiente  escalón ya estaría el equipo vigués con 26 y un balance goleador de +7.

La trampa principal, aparte de seccionar cinco jornadas que cuentan tanto como el resto, está en que no todos los equipos suman el mismo número de partidos. Y como la igualdad es tal tras los tres primeros, hasta cuatro escuadras podrían superar al Celta si consiguen ganar el duelo que les resta. Se tratan de Barcelona -que tiene los mismos 26 que los célticos con peor balance realizador-, Atlético de Madrid (25), Real Sociedad (24) y Rayo Vallecano (24).

En todo caso, aunque el puesto exacto no fuese el cuarto, sí se deduce de lo expuesto que la regularidad de resultados lograda tras el mal arranque liguero permitiría a los célticos estar por donde se les esperaba. Es decir, rondando las plazas europeas. Las matemáticas todavía dan esa posibilidad pero asumiendo, y no amputando, el  mal inicio.

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