Fútbol | Primera Federación

El filial recuerda ganar

Miguel Rodríguez trató de dar desborde desde la banda derecha del ataque celeste.
photo_camera Miguel Rodríguez trató de dar desborde desde la banda derecha del ataque celeste.
Martín Calderón abrió a un defensivo Fuenlabrada y devuelve la plaza de fase de ascenso

El Celta B recuperó la capacidad de ganar tras ser superior al Fuenlabrada, que se vino abajo con el tanto de Martín Calderón desde fuera del área que tumbó la defensa a ultranza rival. No hicieron falta más goles. El filial vuelve a plaza de fase de ascenso.

La velocidad y el ritmo tienen la misma madre, pero no son iguales. El Celta B necesitaba ayer ritmo con el balón para desestabilizar a un Fuenlabrada esculpido en piedra, de más oficio que beneficio. Y demasiadas ocasiones prefirió la velocidad, tanto en la carrera como en el pase. Se precipitó cuando el partido pedía paciencia. Cualidad contra natura cuando tienes tantas ganas de volver a ganar para regresar a los puestos de privilegio.

Los tres jugadores más habituales en el primer equipo en los últimos tiempos -Carlos Domínguez, Fernando Medrano y Miguel Rodríguez- aparecieron en un once celeste reconocible, con Hugo Álvarez de carrilero izquierdo y la brújula Iker comandando un ataque en el que Miguel debería apurar el uno contra uno -o contra dos, la mayoría de las veces- y Lautaro pelear con la aguerrida defenssa visitante. 

El Fuenlabrada comenzó engañando, porque gusta de jugar con la psicología del rival. Una tarea en la que se empeña el excéltico Ibán Salvador. Sus apariciones y sus roces generaron las primeras intranquilidades locales. Nada grave. Ni lo suficiente como para impedir que el encuentro acabase donde pedía su naturaleza: con el filial manejando el balón en campo rival y el Fuenlabrada esperando atrás su sufrir para matar a la contra.

En ese diseño de partido fue donde al Celta B le faltó ritmo de circulación de balón. Demasiadas estaciones de paso para llegar de una banda a otra, lo que permitió a los madrileños una perfecta basculación. De hecho, ninguna ocasión céltica se produjo en la primera parte por desborde, sino que la única fue una ruptura desde el centro del campo de San Bartolomé, cuyo remate en semifallo a centro de Miguel se ayudó de la pelea de Lautaro para entrar en la portería. Lástima que el delantero celeste estuviese en fuera de juego.

Mientras los célticos se mordían las uñas intentando ser pacientes, el Fuenlabrada pudo hacer mucho daño con otra caída de Salvador entre centrales. Su centro fue mal rematado por Diego García en una posición muy beneficiosa.

Tras el descanso, el filial quiso reactivarse. Ya no sólo Miguel intentaba el uno contra uno, sino que también Hugo Álvarez aparecía por la izquierda. La idea era seguir moviendo el árbol del Fuenlabrada, pero éste seguía siendo demasiado frondoso.

Hasta que Martín Calderón lo pateó. Desde lejos, golpeó el balón con más precisión que fuerza y rompió todos los seguros del Fuenlabrada. Y toda su endeble confianza. Su fortaleza es frágil. Aguanta un golpe, no más.

El Celta B se adueñó del partido. Todo estaba bajo su control menos, curiosamente, el marcador, escaso él. El filial apostó por reforzar el centro del campo y renovar su ataque. Algo en lo que el rival tardó demasiado. Apenas diez minutos en los que no hicieron daño porque Barcia reinó en el juego aéreo en la defensa celeste. Cuatro partidos después, llegó la victoria. Y se volvió a puestos de fase de ascenso.

Celta B:
Ruly; Carrique, Sergio Barcia, Carlos Domínguez, Fernando Medrano, Hugo Álvarez; San Bartolomé (Martín Calderón, min.46), Hugo Sotelo (Beitia, min.68); Miguel Rodríguez (Pablo Durán, min.86), Lautaro (Manu Garrido, min.75), Iker Losada (Clemente Montes, min.86).

Fuenlabrada:
Craninx, Sotillos, Ibán Salvador (Enzo, min.68), Cristóbal (Amigo, min.82), Diego, Vilán (Santi Jara, min.61), Fer Ruiz (Bravo, min.82), Cubero, Buer, Aleix, García.

Gol:
1-0, min.57: Martín Calderón.

Árbitro:
Carlos Fernández. Amonestó a San Bartolomé, Sotelo y Garrido; Sotillos, Cubero, Ibán Salvador, Enzo y Craninx.

Incidencias:
Estadio de Balaídos, con unas 2.000 personas en las gradas.

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