El concepto de espectáculo

El duelo entre Jackson y Aidoo fue uno de los atractivos del duelo de ayer en La Cerámica.
photo_camera El duelo entre Jackson y Aidoo fue uno de los atractivos del duelo de ayer en La Cerámica.

El concepto de espectáculo, en cuanto supone desorden, es complicado de casar en un mundo tan medido como el del fútbol actual. El Villarreal de Quique Setién sostiene la idea y el Celta de Carlos Carvalhal es capaz de hacerlo. Lo malo es que los célticos dieron ayer demasiada ventaja de salida. Quiso volver y, por momentos, mereció más. Pero la losa pesó demasiado. 

Un peaje demasiado caro

Lo malo de los cambios son los desajustes que se producen en el trabajo colectivo. Es sabido el riesgo, pero se asume por la necesidad de dar descanso a los futbolistas más utilizados y para intentar dar confianza a los menos habituales. Lo malo es que esos desequilibrios se produzcan en situaciones y zonas que suelen traer consigo castigo. Tapia y Óscar Rodríguez perdieron un balón sencillo en el corazón del juego en inicio de fase ofensiva y el Villarreal respondió con un pase en profundidad a Jackson rompiendo entre centrales. Primer gol en el primer minuto. Y apenas diez después, con el equipo replegado en campo propio, se permite la presencia de Lo Celso entre líneas, que encuentra el desmarque de nuevo de Jackson para el segundo. Una cosa es pagar un peaje por los cambios; otra es el suicidio.

Tirar la línea

Es una de las tareas más complejas porque, además de exigir una gran coordinación de los miembros -cuatro o cinco- de la retaguardia, implica la activación del resto del equipo para molestar los pases, en corto o en largo. El primer tanto del Villarreal, al proceder de una pérdida, cogió a la defensa celeste abierta, sin posibilidad de línea al estar los laterales avanzando. Pero en el segundo, Jackson rompió el fuera de juego por centímetros al no estar apurado el pasador Lo Celso. Y en el tanto celeste, un pase largo desde la defensa propia encontró la ruptura en profundidad de Larsen ante la línea adelantada local. El noruego acabó marcando.

El rearme

A la hora de juego, Carvalhal decidió recuperar a varios de sus titulares de golpe. Iago Aspas, Fran Beltrán y Gabri Veiga salieron a la búsqueda del partido con 2-1 en el marcador. Los tres elegidos deberían dar más llegada por oxígeno y por piernas cuando el Villarreal había tratado de controlar el centro del campo con Terrats. 

La no amarilla

No explica el resultado final, pero sí pudo variar el duelo en un momento en que no tenía dueño. González Fuertes no mostró una segunda amarilla a Capoue en el minuto 56 por una clara falta en la salida de juego sobre Cervi. Dejó seguir la acción por ley de la ventaja y, cuando ésta terminó, consideró que no había que amonestar.

Último castigo

El Villarreal castigó la apuesta ofensiva final del Celta cerrando el duelo con una contra. Los errores se pagan caros.

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