El Celta regala dos goles y pierde ante el Villarreal

Iván Villar, meta celeste, se lamenta tras uno de los goles locales.
photo_camera Iván Villar, meta celeste, se lamenta tras uno de los goles locales.
Los de Carvalhal cayeron en La Cerámica, tras adelantarse los de Castellón con dos de sus tres tantos en los once primeros minutos. Larsen marcó el único gol celeste

El Celta cometió ayer un pecado original tamaño gigante, con dos goles encajados en 11 minutos y, aunque tuvo arrestos como para reaccionar, finalmente fue demasiado peso que levantar. La derrota aplaza la llegada a los 42 puntos y confirma que el equipo vigués no está para más historias que salvarse. Que no es poco.

El marcador rompe pizarras, destroza precauciones, despeina tocados elaborados durante una semana -o media, en este caso- de trabajo y descalabra previsiones. El Celta pagó ayer en La Cerámica los cambios de piezas con un desorden colectivo que permitió al Villarreal ir ganando con dos goles de margen a los 11 minutos de partido. Una pérdida en el centro del campo y una mala dinámica defensiva que permitió a Lo Celso moverse entre líneas para encontrar el desmarque de Jackson facilitaron el doblete del joven delantero.

Porque Carlos Carvalhal, técnico celeste, se decidió por escuchar al cansancio de los suyos y dejó en el banquillo a titulares habituales como Hugo Mallo, Fran Beltrán, Gabri Veiga o Iago Aspas, además del lesionado Carles Pérez. Y dio minutos a Kevin Vázquez, Óscar Rodríguez y Franco Cervi, además de apostar en punta por el dúo formado por Haris Seferovic y Jorgen Strand Larsen, mientras Unai Núñez regresaba al centro de la defensa y Renato Tapia adelantaba su posición hasta el centro del campo.

Lo sucedido en esos primeros 11 minutos parecía dar la razón a la temporada en cuanto al reparto de minutos. Pero lo positivo es que el rival era el Villarreal, que no sabe ser precavido y dejó el partido abierto en vez de cerrarlo. Lo suficiente como para que Franco Cervi demostrase, una vez más, que tiene un gran punto de forma en la parte final de la temporada. Y que Larsen y Seferovic daban presencia en área rival, aunque no tanto remate.  

La señal definitiva de que el partido no estaba muerto la dio Parejo al no matarlo. Porque erró un penalti tan absurdo como real cometido por Óscar Rodríguez sobre Yeremy Pino cuando el atacante iba hacia fuera. El VAR llamó la atención del árbitro sobre que la acción había sucedido dentro del área y Parejo tuvo el tercero. Logró que Iván Villar se fuese al suelo, pero golpeó el balón alto.

Era la mitad de la primera parte y el Celta comprendió que el marcador, que lo había golpeado, le daba una oportunidad. El Villarreal comenzó a perder por goleada el control del centro del campo. Capoue y Parejo no lograban frenar a los célticos, que apostaban por tirar hacia dentro en cuanto podían para abrir y terminar en centro. La esperanza céltica comenzó a tomar cuerpo cuando Larsen, que había errado unos minutos antes una ocasión por lentitud dentro del área, tiró un desmarque desde lejos rompiendo la defensa adelantada local. Cervi lo apoyó y buscó el centro con tanta fortuna que el rebote le volvió a un desmarcado Larsen, que esta vez sí marcó.

El partido, caprichoso, estaba ahora haciéndole carantoñas a los célticos. Galán rompía por dentro y Seferovic demostraba capacidad para moverse y definir dentro del área.También Chukwueze tuvo el tercero, pero el nigeriano no estaba ayer con chispa, por fortuna. Y el descanso del partido dejó al Villarreal por delante y el Celta sintiendo que era capaz de purgar su pecado original. 

Quique Setién entendió que el partido se le estaba yendo en el corazón del juego. Sacó a Lo Celso y metió a Torrets para dar piernas en defensa y en ataque. El partido se equilibró, con la misma actitud ofensiva pero sin tantas ocasiones. Y Carvalhal, tras el cabreo de ver cómo Capoue no veía la segunda amarilla por una clara falta a Cervi, decidió hacer la apuesta definitiva: Aspas, Gabri y Beltrán al campo. Larsen pasó a ser la mejor baza ofensiva con sus desmarques en banda izquierda, aunque el noruego no estuvo afortunado en la decisión final o se topó con Reina. 

Estaba el Celta decidiendo cómo romper al Villarreal cuando su apuesta ofensiva la castigó el conjunto rival con una salida no celérica, pero sí velozmente razonable. A la que se incorporó Terrats en segunda línea aprovechando que Beltrán no llegaba a taparlo. Y definió con clase.

Quedaban minutos y salieron Miguel Rodríguez y Gonçalo Paciencia. Pero los cambios, estos y los anteriores, esta vez no mejoraron al equipo. Se perdió por los 20 y tantos primeros minutos. Demasiado regalo.

Villarreal:
Reina, Foyth, Mandi, Pau, Alberto Moreno, Parejo, Capoue (Haissem, m.63), Chukwueze (Baena, m.63), Lo Celso (Terrats, m.46), Yeremy Pino (Pedraza, m.86) y Jackson (Trigueros, m.75).

Celta:
Iván Villar; Kevin Vázquez, Joseph Aidoo, Unai Núñez, Javi Galán; Luca de la Torre, Óscar Rodríguez (Gabri Veiga, m.63), Renato Tapia (Fran Beltrán, m.63), Franco Cervi (Miguel Rodríguez, m.72); Jorgen Strand Larsen (Gonçalo Paciencia, m.79) y Haris Seferovic (Iago Aspas, m.63).

Goles:
1-0, m.1: Jackson; 2-0, m.11: Jackson; 2-1, m.28: Larsen; 3-1, m.69: Terrats.

Árbitro:
González Fuertes (Comité asturiano). Amonestó a Capoue por parte de los locales y a Seferovic, Kevin, Núñez, Tapia y el técnico Carlos Carvalhal por parte de los visitantes.

Incidencias:
La Cerámica. 16.123 espectadores.

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