Se tilda al Celta de esta temporada, con razón, de equipo con más tendencia defensiva que en épocas pasadas. Y también empieza a destacar por su capacidad para robar balones cuando se decide a realizar la presión en campo rival. Pero ambos factores no se están traduciendo en un mayor gusto por las faltas, ya sean tácticas o no. Así lo atestiguan sus 12,8 acciones sancionadas de media por encuentro, que lo sitúa en la zona media baja de la tabla, en el puesto décimo quinto. Pero la mejor muestra de la limpieza con la que se están desenvolviendo los celestes es que a día de hoy son los menos amonestados de la competición, con apenas 5 cartulinas amarillas y ninguna roja. La cifra es baja a todas luces. Más si se compara con las del líder recurrente en este aspecto del juego, el Getafe, que ya lleva 18 de un color y 1 de otro.
Contra Osasuna, Unai Núñez fue amonestado por agarrar; contra la Real Sociedad, lo fue Aspas por mover los brazos de forma temeraria en un salto; contra el Real, repitió Aspas por protestar y Tapia vio la cartulina por una entrada en el descuento; y en Almería, Manu Sánchez estrenó su casillero por una falta. Por lo tanto, el único problema hasta la fecha es que dos de esas cinco tarjetas las ha visto el mismo jugador, un Aspas que es pieza clave siempre en este equipo. Con todo, restan mucho tiempo para que estos suponga cualquier tipo de alarma.