El análisis del Barça-Celta: desastre en 8 minutos

Óscar Mingueza, uno de los jugadores más destacados del encuentro, disputa un balón con Marcos Alonso.
photo_camera Óscar Mingueza, uno de los jugadores más destacados del encuentro, disputa un balón con Marcos Alonso.

Ocho minutos. Eso es lo que tardó el Barcelona en truncar la propuesta de un Celta que había conseguido reducir prácticamente a cero la producción ofensiva azulgrana durante 80 minutos. La táctica de Rafa Benítez, aunque ejecutada a la perfección desde el inicio, hizo aguas ante el aluvión ofensivo de los pupilos de Xavi.

Bamba y el 5-3-2

Aunque los once jugadores que partieron del inicio fueron los mismos que los de la jornada anterior, su disposición sobre el campo varió. Benítez optó por un 5-3-2 con Aspas y Larsen arriba y Bamba por la derecha en la línea de centrocampistas, haciendo las coberturas a Mingueza y lanzando prácticamente todos los contraataques del equipo. 

Renuncia a la presión

A diferencia del resto de partidos de la temporada, el Celta de Benítez salió al campo sin la intención de presionar arriba, renunciando tanto a la posesión como a la presión tras pérdida. Así, jugando en bloque bajo para achicar espacios y lanzando contraataques a través de Bamba en cuanto recuperaban el balón en campo propio, los celestes impusieron su ritmo durante la primera parte. La entrega defensiva de la línea de cinco hizo que el Barça apenas llegara a puerta durante los primeros ochenta minutos del encuentro.

Pólvora mojada

Si hay que ponerle una pega al planteamiento del equipo visitante ayer es la efectividad de cara a portería. A pesar de perforar la red de Ter Stegen en dos ocasiones, el Celta perdonó varias ocasiones en el área blaugrana –a destacar, dos de Luca de la Torre y una de Iago Aspas– que podrían haberle permitido contar con una mayor renta en el marcador de cara a los últimos minutos.

El banquillo, diferencial

Mientras Xavi comenzó a sacar efectivos –ya desde la primera parte– para darle la vuelta al resultado hasta terminar con 4 jugadores de ataque (Yamal, Lewandowski, Raphinha y Joao Félix) más Cancelo como carrilero más preocupado de atacar que de defender, Benítez apenas movió el banquillo. Y, con Aspas sentado tras un partido de sobreesfuerzos, el equipo hizo aguas.

Incapacidad de reacción

La genialidad de Joao Félix encontrando un espacio por encima de la cabeza de los centrales para dejar solo a Lewandowski en el área pequeña dejó K.O. al Celta, que se vio incapaz de reaccionar ante un aluvión ofensivo azulgrana, completamente volcado en ataque y con muchas más piezas de refresco que el equipo celeste. El bloque bajo dejó de funcionar y los espacios comenzaron a aparecer a medida que los azulgranas hilaban pases y cambios de juego en campo rival. Ocho minutos de ataque total en los que un Celta agotado y con poca pólvora arriba (Aspas y Larsen en el banquillo y Bamba, cansado) poco pudo hacer para parar la sangría.

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