Año tras año encontramos estos titulares: '14 mujeres han muerto en lo que va de año por violencia de género'; 'Las mujeres mejor formadas no encuentran trabajo', 'Un estudio revela que a igual trabajo menor salario para las mujeres'; a estos titulares, que no debiéramos tomar como una costumbre, se unirán otros que no leíamos desde hace años: 'Más de 8.000 mujeres españolas han abortado en el extranjero este año', 'Se calcula que 1000 mujeres han abortado ilegalmente en España en unas condiciones pésimas', etc.
Las protagonistas de estos dos titulares serán ciudadanas españolas, seguramente lo son ahora mismo, esto es, mujeres gallegas, andaluzas, catalanas, vascas, valencianas, asturianas, navarras, extremeñas, castellanas,?, mujeres con nombre y apellidos, que actuarán de forma lo más anónima posible, actuarán como ladronas; algunas pedirán ayuda a su familia, otras la pedirán a sus amigas, otras contaran con su pareja. Harán un viaje a Londres o Portugal, o a cualquier otro país, las que puedan. Las que se queden y se arriesguen a realizar un aborto ilegal en España sentirán durante mucho tiempo una espada de Damocles sobre ellas, por no hablar de las pocas garantías sanitarias a las que se pueden ver expuestas.
Esto es pasado y puede ser futuro al mismo tiempo, porque estos titulares que no leemos desde hace años, tuvieron como protagonistas anónimas entonces, a muchas ciudadanas de este país, mujeres de todo color, condición y espectro social. Siempre alguien conoce a alguien que ha pasado por ello. Esto ha sido real aunque nos hemos acostumbrado a que no lo sea.
Ahora mismo, existe un anteproyecto de ley que va a reproducir estos dos titulares año a año, por una posible norma del todo innecesaria, entre otras razones porque ya tenemos una que funciona bien, aunque se quiera ocultar. Será una imposición, una demostración de quien manda y decide en los cuerpos y las vidas de las mujeres, se trata de resituarnos en el lugar que realmente piensan que ocupamos dentro de una cruzada ideológica mucho mayor, es el ejercicio arrogante del poder de la forma más machista e irresponsable posible, como machista, irresponsable y fatuo es el gobierno que permita que volvamos a leer esos antiguos titulares.
¿Era justo, será justo?, no, cualquiera que tenga dos dedos de frente lo sabe, pertenezca al espectro ideológico al que pertenezca; la Europa política de todo pelaje lo sabe, porque saben que la realidad se impone, y se impone de semejante manera que no da opción, sobre todo si se gobierna o se pretende llegar a gobernar para toda la ciudadanía.
A las personas que ejercen la política se les presume que van, por lo menos, un paso por delante del común de los mortales, en España también; se supone que en el Siglo XXI las leyes nos igualan, pero si se vuelven a publicar esos titulares de antaño habremos retrocedido al siglo pasado, y lo que es peor, todas las mujeres de este país seremos ciudadanas de segunda en el más amplio sentido de la palabra.
Esto es pasado y puede ser futuro al mismo tiempo, porque estos titulares que no leemos desde hace años, tuvieron como protagonistas anónimas entonces, a muchas ciudadanas de este país, mujeres de todo color, condición y espectro social. Siempre alguien conoce a alguien que ha pasado por ello. Esto ha sido real aunque nos hemos acostumbrado a que no lo sea.
Ahora mismo, existe un anteproyecto de ley que va a reproducir estos dos titulares año a año, por una posible norma del todo innecesaria, entre otras razones porque ya tenemos una que funciona bien, aunque se quiera ocultar. Será una imposición, una demostración de quien manda y decide en los cuerpos y las vidas de las mujeres, se trata de resituarnos en el lugar que realmente piensan que ocupamos dentro de una cruzada ideológica mucho mayor, es el ejercicio arrogante del poder de la forma más machista e irresponsable posible, como machista, irresponsable y fatuo es el gobierno que permita que volvamos a leer esos antiguos titulares.
¿Era justo, será justo?, no, cualquiera que tenga dos dedos de frente lo sabe, pertenezca al espectro ideológico al que pertenezca; la Europa política de todo pelaje lo sabe, porque saben que la realidad se impone, y se impone de semejante manera que no da opción, sobre todo si se gobierna o se pretende llegar a gobernar para toda la ciudadanía.
A las personas que ejercen la política se les presume que van, por lo menos, un paso por delante del común de los mortales, en España también; se supone que en el Siglo XXI las leyes nos igualan, pero si se vuelven a publicar esos titulares de antaño habremos retrocedido al siglo pasado, y lo que es peor, todas las mujeres de este país seremos ciudadanas de segunda en el más amplio sentido de la palabra.
