a ti que te importa

El otro día, un amigo mío, le preguntó a su hijo, de 21 años, sobre la chica, de 20 años, con la que estaba saliendo.
Mi amigo interesado preguntó sobre las cualidades que tenía, pues la relación parecía que iba en serio, y el chico contesto a la pregunta del padre: 'Mi pareja es buena gente'. El padre no salía de su asombro por la magnitud y lo conciso de la respuesta y algo nervioso se preguntó a sí mismo: ¿y esto qué significa?, ¿qué me habrá querido decir? Y volvió a preguntar a su hijo, pues le pareció muy pobre la respuesta: 'y eso hijo qué significa, dime algo más: de cómo piensa, de lo que siente, a lo que se dedica'... Y el hijo, con cierto aire de enfado, le dijo: 'No me ralles', pero le volvió a responder, aunque esta vez más 'aireadamente' y algo mosqueado: 'Sé que es una tía enrollá'. Y el padre, de nuevo, al borde del derrumbamiento y con aire suplicante contestó: 'Por favor hijo, ¿no sabes más?, ¿a qué se dedica?, ¿con quién vive?, ¿qué valores tiene?, ¿qué ideales tiene?, ¿qué piensa: de religión, de la familia, de sus padres, de su vocación profesional, de sus amigos?, ¿qué sabe hacer?, ¿tiene vicios?, ¿tiene buenas o malas compañías?, ¿quiere tener hijos?, ¿le caemos bien?...

El hijo, malhumorado por el interrogatorio de su padre le dice: '¡Y todo eso qué más da!, lo importante es que a mí me gusta y que estoy bien con ella y, además, ¡a tí que te importa!'. Pues si eres padre o madre ya sabes: '¡A tí que te importa!', y no preguntes más, pues el diálogo se puede enturbiar y todo puede acabar violentamente; nos tenemos que acostumbrar por desgracia, ese es el hábitat de la comunicación actual.

En algunos casos cuatro pelijas ingeniosos y sin ideas movilizan sus vidas y ellos a la vanguardia de la moda, con ruidos y más ruidos: ¡y entusiasman, vibran, enloquecen! Y por lo demás, al menos aparentemente, todo vacío de ideas. El alma y el cuerpo, y vacío dentro del vacío, pero parece que son felices, aunque ¿cuál es su vida?, ¿cuál es su trascendencia?, ¿cuál es el motor para caminar?, ¿qué les hemos enseñado?, ¿dónde queda todo? Quizás ellos y ellas no han encontrado nada en nuestras vidas para seguir nuestro ejemplo. ¿Quizás estén asqueados de nuestra falsedad o de nuestro egoísmo o de nuestra vida rutinaria y también a lo mejor vacía?

La relación entre padres/madres e hijos en muchas ocasiones es poco dialogante, hay un muro generacional inmenso, posiblemente proporcionado por el avance descomunal de las nuevas tecnologías y por el desconcierto ideológico y moral que impera. Pero lo nuestro como padres/madres es seguir buscando el encuentro, el diálogo, la armonía y la paz, y no cesar, aunque el intento se presente arduo y difícil. Pero lo difícil siempre es, y ha sido, difícil; pero así, difícil como es, hay que afrontarlo.

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