desde roma sopla viento liberador

Desde el Vaticano sopla el Paráclito, el divino Espíritu de nuestro Salvador, a través del evangélico papa Francisco, que constante y pastoralmente nos recuerda el iluminador Concilio Vaticano II: 'El Evangelio anuncia y proclama la libertad de los hijos de Dios, rechaza todas las esclavitudes (cf. Rom. 8-14-17), que derivan, en última instancia, del pecado; respeta santamente la dignidad de la conciencia y su libre decisión (...) todo talento humano debe redundar en servicio de Dios y bien de la humanidad; encomienda, finalmente, a todos a la caridad de todos' ('Gaudium et spes' 41).
Precisamente el vocablo latino 'gaudium' (gozo, alegría), al igual que 'caritas' (amor), inunda las páginas de la 'Exhortación Apostólica' de S.S. Francisco, 'Evangelii Gaudium', que se debe comentar detalladamente, para el entusiasmo evangelizador de todo el pueblo de Dios y de los hombres de buena voluntad. Bremente, algunas ideas centrales.

'La Iglesia es la casa abierta del Padre que (...) no es una aduana' (47), ni una fiscalía de la fe con 'bastonazos inquisitorios'. No se debe esperar del magisterio papal una 'palabra definitiva y completa en todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo' (16) (¿qué conocimientos y autoridad tiene, como papa, para declarar 'irracional' la base científica del evolucionismo, por ejemplo y en contra del juicio de Pio XII y Juan Pablo II?). 'Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres' (48) (segunda idea central del papa Francisco). 'El confesionario no es sala de torturas' (44). 'Hay cristianos cuya opción es una Cuaresma sin Pascua' (6). Por hoy basta para respirar viento liberador.

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