mezquinos y sin tradición

Estas navidades, en un colegio de la Comunidad Valenciana, unas madres musulmanas protestaron al director de dicho colegio porque dentro de las actividades se habían incluido: villancicos y escenificaciones del Belén.
El director, dada la insistencia de las madres, acudió a las autoridades pertinentes y al final para evitar problemas se suspendieron los actos navideños; y yo, como español, como ciudadano, como católico, como amante de las tradiciones de mi tierra, como organizador de actividad extraescolares en un centro educativo, durante 30 años, en concreto en el IES Reyes de España de Linares-Jaén. Andalucía, me pregunto: ¿es posible que esto suceda? Porque esto no es sólo una cuestión religiosa, pues con ello además atacan especialmente a nuestras tradiciones, a nuestras costumbres, a nuestros sentimientos y aún más, a la misma raíz de nuestra existencia.

En estos casos a nadie -ningún alumno- se les obliga a hacer estas actividades, pero el que quiera hacerlo ¿por qué no lo va a poder hacer? o qué tenemos que hacer: dejar nuestras costumbres y nuestras tradiciones y hacer las suyas o por ejemplo hacer una parodia ridiculizando la Navidad, para que ellos y otros muchos estén contentos.

Yo durante muchos años he organizado Jornadas de Interculturalidad, Jornadas de Convivencia, Jornadas sobre Andalucía; y siempre se ha procurado la conexión pacífica de: tradiciones, costumbres, etnias, razas, religiones …; pero pienso que esto no sirve cuando nos encontramos con personas intransigentes que no sólo vienen aquí a buscar trabajo sino que vienen también con el intento de romper el equilibrio de paz y concordia, y de romper el hábitat de nuestras tradiciones y de nuestras vivencias; vivencias y tradiciones de las que debemos sentirnos muy orgullosos y que por lo tanto debemos de proteger al precio que sea, por supuesto sin violencia.

En este caso el responsable que tenía que tomar la decisión suspendió los actos y se quitó el problema de encima. Mala política se está, ceder sin sentido no es justificable.

A veces cedemos con el ánimo de no crear problemas, pero al final lo que estamos haciendo es marginar nuestras tradiciones y dejar paso a las tradiciones y costumbres que nos quieren imponer desde fuera los demás; siendo al final nosotros esclavos de fundamentalismos que los demás nos impondrán; y podríamos acabar, como podría ser en este caso, sin la Navidad, pero con el Corán, con el velo o con la alfombra en el suelo, y esto no por convicción sino por sometimiento y opresión, o en otro caso por dejadez y por estupidez nuestra, o por no saber y conocer suficientemente la grandeza y la trascendencia de nuestras sabias y sagradas tradiciones.

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