hacia el fin del holocausto prenatal

El pasado veinte de diciembre, el ministro de Justicia presentaba el anteproyecto de la Ley de Protección de la Vida y de los Derechos Humanos de la Mujer Embarazada. Desde la Asociación viguesa para la defensa de la Familia y de la Vida consideramos que este anteproyecto no es justo; a la hora de hablar de la vida humana no caben supuestos. Ahora bien, deseamos que sea un eslabón en la consecución de la abolición del aborto (como con la esclavitud, ese día llegará).

Desde AFAVI nos congratulamos enormemente que este anteproyecto sea un varapalo para los empresarios y profesionales que se lucran con el aborto. Valoramos positivamente que a la mujer se le dé una información comprometida con la vida y que se le considere una víctima del aborto. Celebramos que se termine con la indefensión absoluta del nasciturus y con la aplicación eugenésica discriminatoria. Un niño con una discapacidad no tiene menos derecho a vivir que quienes propugnan su exterminio.

Jurídicamente, es indefensible que alguien pueda decidir quién tiene derecho a vivir o no, solo por ocupar un cargo político.

Biológicamente, establece que en el momento de la unión del óvulo y el espermatozoide surge una nueva vida con una carga genética distinta a la de la madre y que le va a acompañar el resto de su vida.

El supuesto del “peligro para la salud psíquica”, como supuesto despenalizador, puede ser un auténtico “coladero” de abortos. Aunque se requiera el informe de dos médicos ajenos al centro que realice el aborto, es previsible que surjan médicos pro-abortistas dispuestos a extender sistemáticamente certificados que favorezcan el aborto.

A la espera de una ley de abolición del aborto, urgimos al Ejecutivo a presentar, sin demora alguna, medidas de apoyo a la maternidad y a la familia.

Si la aprobación definitiva de esta nueva ley supusiera que muchas mujeres tengan que desplazarse al extranjero a abortar, demostraría que estamos en un país serio, donde no es posible matar gratuitamente a un ser humano. Sería un honor para España desmarcarse de la Europa de los abortorios.

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