ese centro, soñado ayer, hoy amenazados sus destino y fines

Aquel sueño, para aglutinar la derecha y puesto en marcha por nuestros fundadores con su nombre propio, Partido Popular, hace ya algunos años, tiene hoy muchos detractores, también defensores. La gran mayorí unidos por un solo fin y claro destino. El hacer un gran frente común, fuerte y claro. A esta deriva que la izquierda pretende imponer hoy a nuestra sociedad, el Relativismo inmoral y contagioso, aquel que disfrazado de centro ya no respeta siglas, infectando ya, una buena parte de la derecha española.
Quizás sea este, el momento oportuno para recordadr y aplicar regeneradoras medidas y aptitudes mencionando las palabras que D. Manuel Fraga le hizo llegar por medio de un amigo común a Mariano Rajoy poco antes de morir: 'Dile a Mariano Rajoy que no descuide la unidad del Partido'. Otros muchos hoy le pediríamos algo complementario: La vigilancia y sobre la marcha, limpiar el PP de fariseos y aventureros, algunos disfrazados de versos sueltos, faltos de ideología afín. Ya pululan dentro del mismo confundiendo y distrayendo nuestras bases prografmáticas. Ellos ya son hoy causantes de muchas anomalías corruptelas e incertidumbre. Provocando estampidas indebidas y divisiones inoportunas, que todos unidos debemos atajar.

Hoy tenemos un gobierno que con muchas limitaciones, trata de enderezar el rumbo en lo económico, pero en lo social y político, tiene serias dificultades al no contar con ayuda de su propio partido. Qué lleno de complejos mal habidos y presiones internas indebidas poco o casi nada , ayuda a divulgar, defender y aclarar en la calle todo lo bueno ya hecho o lo que pretende a corto o mediano plazo efectuar , para acercarnos al cumplimiento de las promesas electorales que los ciudadanos refrendaron con su voto.l El haber sacado al País de la UVI económica, no es sufiencte. Si descuidadmos todo lo social y olítico, qué nos resta por hacer, ello nos arrastrará de nuevo a tropezar, en la misma piedra, aquella que el 2004 nos costó perder las elecciones generales.

Quizás una buena parte de lo expuesto debería haber sido un motivo para la discusión y meditación ene el pasado Congreso de Valladolid, ello propiciaría una oportunidad para la reflexión, marcando un antes y un después que ponga fin a tanta incertidumbre y la desilusión reinantes. Aquella que queramos o no ya están provocando divisiones internas y el malestar de la calle que está huérfana de dirigentes serios y democráticos. Que le digan la verdad y compaartan con ellos sacrivicios y beneficios si los hubier para enderezar el rumbo del país, sin esas creciente violencia demagógica que se opone al orden democrático, aquí está la altura de miras que la mayoría ciudadana le reclama hoy a quien gobierna exigiendo firmeza. No a esta andanada de seudos dirigentes que silenciosos y escondidos estaban. Hoy salen raudos y veloces a descalificar, insultar y traicionar a quienes tienen hoy distinta forma de interpretar esta deriva que vive el PP. Ello le dirá muchas cosas, de cómo interpretan el sentir de la calle. Estos, con su aptitud le dan la espalda y fomentan la división en nuestras filas. Es usted, Sr. Presidente, quien debe poner orden y deslástrase de oportunistas que, disfrazados de dirigentes, sólo arrastran miserias para su Gobierno y nuestro querido PP.

-No pisar la cucarachas, sí encender la luz para que los ciudadnaos puedan ver, como corren a esconderse-, decía Kopuscinski.

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