ABEL CABALLERO, UN ALCALDE BRAVUCÓN

Las bravuconadas, tarde o temprano se pagan caras. Se pagan caras en todos los órdenes de la vida pero, sobre todo, en política. Esto es lo que le puede pasar al Alcalde de Vigo D. Abel Caballero muy dado a mantener este tipo de actitud poco serio, mentiroso, carente de rigor en los planteamientos e insensible ante todo aquello que no le afecte personalmente a él.
Va trampeando la situación al frente del Ayuntamiento de Vigo, año tras año, sin ningún tipo de sobresalto.
Su socio en el gobierno... ¿Qué dice? Pues se deja deslizar por un tobogán que el propio Caballero se encargó de untar con vaselina convenientemente para que la velocidad alcanzada sea de vértigo. Claro que esto, pudiera tener sus riesgos a muy corto plazo. Tal es la velocidad en el descenso que alcanza el Bloque, que muy bien pudiera no llegarle al Alcalde para lograr una mayoría que le permitiera gobernar de nuevo.
La oposición... ¿Qué dice? Aprieta pero no ahoga; a veces pienso si no le bastará solo con apretar, porque los motivos que da el Señor Alcalde,y a diario, son para nota. Actúa contra la oposición y el mundo que lo rodea como un auténtico trampero de alimañas; las asusta; las marea; y cuando están rendidas izas! aunque últimamente está saliendo de colocarlas trampas con muchos; muchos; rasguños; tantos; que no gana para “Betadine” a saber: Caixa Nova; Área Metropolitana; Biblioteca; Depuradora; Albergue; ETEA; Mercadillo de Bouzas; Vulcano; reanudación de las obras en el Puerto etc; etc.
Los medios de comunicación... ¿Qué dicen? Dicen sin tapujos la realidad de lo que está pasando en esta ciudad: un par de ellos (uno es Atlántico Diario); un par de emisoras y poco más. La tele local no debe de tener mucho tiempo en analizar la situación de la ciudad que la vio nacer y la ayudó muy generosamente en su evolución. El espacio semanal descaradamente hecho a la medida del Alcalde “Aló Presidente” al parecer, les lleva toda la semana entre hacer y deshacer y no les queda demasiado tiempo para plasmar la auténtica realidad de Vigo. El tercero, el que dice ser vigués, y como Serrat, es del Mediterráneo; ese; sÓlo le hace de faro y guía. Algún día, posiblemente yo ya no esté en este mundo, los medios de comunicación (al menos aquellos que utilizan a diario el “ande yo caliente… “) también tendrán que rendir cuentas ante la desastrosa gestión dejada por políticos incapaces, que dejan a la ciudad con secuelas de por vida. Por cómplices. Los vigueses... ¿Qué decimos? De momento esperar. Calma; mucha calma. Somos por desgracia para los Alcaldes bravucones; o al menos debiéramos de ser, su auténtica pesadilla.
Recordando a Bertolt Brecht, que muy bien pudiera pasarle al Alcalde de Vigo: “Primero vinieron a por los comunistas; y yo no los defendí, porque no era comunista. Después vinieron a por los judíos; y yo no los defendí porque no era judío. Luego vinieron a por los sindicalistas y yo no los defendí porque no era sindicalista. Más tarde vinieron a por los católicos y yo no los defendí porque era protestante. Por último vinieron a por mí, para entonces ya no quedaba nadie que pudiera defenderme'.

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