Fija la normativa de actuaciones de la próxima década y crea tres zonas diferentes
La Xunta aprobó el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG)del Parque Natural Monte Aloia que fija las líneas de actuación durante la próxima década para conservar y difundir sus valores naturales. Con una vigencia de 10 años, este es el segundo PRUG con el que cuenta el monte Aloia, ya que el anterior había sido aprobado en 2009.
El nuevo plan rector diferencia tres zonas, según su valor de conservación, para poder definir los usos permitidos más acomodados para cada una de ellas y que garanticen la protección y desarrollo sostenible del Parque Natural. Así, se establece una zona de uso limitado para territorios con un alto valor de conservación, una zona de uso compatible para territorios de valor de conservación medio y una zona de uso general para aquellos con un valor de conservación medio o bajo y que es la que debe absorber la mayoría de las actividades de carácter recreativo. El documento también se fije el reto de ampliar la proyección de este espacio natural hacia la sociedad para demostrar que es posible otra forma de relación con el medio.
Así, aspira a convertirlo en un bueno ejemplo de gestión del agua y de los hábitats asociados, ya que en el Aloia nacen cinco corrientes fluviales y también es una zona de recargo de acuíferos. En la misma línea, el PRUX resalta el potencial de este parque para postularse como un espacio en que se desarrollan modelos de explotación silvícola del monte comunal que, además de ser rentables y sostenibles, también pueden ser compatibles con la conservación de la biodiversidad. De hecho, la propiedad del monte Aloia está atribuida a dos comunidades de montes vecinales que cuentan con su propio instrumento de ordenación forestal. Además, se planifican medidas orientadas a restaurar los hábitats naturales del monte, lo que contribuirá a disminuir el riesgo de incendios y a incrementar la resiliencia del conjunto frente a la amenaza del fuego.
El nuevo plan rector diferencia tres zonas, según su valor de conservación, para poder definir los usos permitidos más acomodados para cada una de ellas y que garanticen la protección y desarrollo sostenible del Parque Natural. Así, se establece una zona de uso limitado para territorios con un alto valor de conservación, una zona de uso compatible para territorios de valor de conservación medio y una zona de uso general para aquellos con un valor de conservación medio o bajo y que es la que debe absorber la mayoría de las actividades de carácter recreativo. El documento también se fije el reto de ampliar la proyección de este espacio natural hacia la sociedad para demostrar que es posible otra forma de relación con el medio.
Así, aspira a convertirlo en un bueno ejemplo de gestión del agua y de los hábitats asociados, ya que en el Aloia nacen cinco corrientes fluviales y también es una zona de recargo de acuíferos. En la misma línea, el PRUX resalta el potencial de este parque para postularse como un espacio en que se desarrollan modelos de explotación silvícola del monte comunal que, además de ser rentables y sostenibles, también pueden ser compatibles con la conservación de la biodiversidad. De hecho, la propiedad del monte Aloia está atribuida a dos comunidades de montes vecinales que cuentan con su propio instrumento de ordenación forestal. Además, se planifican medidas orientadas a restaurar los hábitats naturales del monte, lo que contribuirá a disminuir el riesgo de incendios y a incrementar la resiliencia del conjunto frente a la amenaza del fuego.