baixo miño

Los tudenses reciben con ¡vivas! al Rey en la primera visita del monarca

El Rey rompió en dos ocasiones el protocolo del acto castrense para saludar a las personas que esperaban en el exterior de la Comandancia Naval para verle.
photo_camera El Rey rompió en dos ocasiones el protocolo del acto castrense para saludar a las personas que esperaban en el exterior de la Comandancia Naval para verle.
Los tudenses ofrecieron un caluroso recibimiento a Felipe VI  en la primera estancia de un monarca en 500 años. El Rey conoció la Comandancia Naval,  recorrió el Miño en la patrullera de la Armada y se reunió con autoridades y alcaldes.

  Tui recibió al Rey Felipe VI con el calor y cariño de una población que quiso festejar una ocasión única, ya que hay que remontarse más de 500 años para encontrar otra visita regia, aunque en aquella ocasión fue la del rey de Portugal Manuel I en su viaje hacia Santiago.  

La visita, marcadamente castrense y la primera de la agenda del monarca tras sus vacaciones, contó con un importante despliegue de seguridad que blindó la bajada a la Comandancia Naval del Miño, donde a las 11 llegó el coche oficial del que se bajó Felipe VI mientras el numeroso público congregado a unos prudenciales metros gritaba ¡Viva el Rey! y algún que otro ¡guapo! lanzado por voces femeninas. Pese al estricto protocolo de todo el acto, el monarca se acercó al público y saludó a los asistentes, que rompieron en aplausos para agradecer el gesto, que volvería a repetir antes de marcharse. 
La visita también era seguida desde los balcones de la cercana residencia de la tercera edad, engalanada con banderas españolas, al igual que otros balcones y ventanas. En los tejados, y mientras sobrevolaba un helicóptero el cielo, tiradores de élite de la Guardia Civil controlaban todo el área. También la presencia de la Guardia Civil y la Policía Local era notoria en las calles del casco histórico, donde en la plaza de los caballos llegaron a concentrarse medio centenar de personas  con banderas del BNG, del Colectivo Republicano y del movimiento anarquista para mostrar su rechazo a la monarquía. La protesta también se trasladó al vecino Portugal, donde desplegaron grandes letras con el mensaje "Galiza non ten Rei".
El monarca hizo su entrada en el recinto vestido con el uniforme de capitán general de la Armada, y pasó revista a la dotación de la Comandancia. Tras escuchar la versión corta del himno interpretada al cornetín y saludar a los miembros de la Comandancia, Felipe VI mantuvo un encuentro de trabajo para conocer la labor de estos efectivos. Posteriormente, el Rey visitó una pequeña exposición de artes de pesca en los jardines de la Comandancia, antes de embarcarse para navegar a bordo del patrullero "Cabo Fradera", el buque más antiguo de la Armada, después del "Juan Sebastián Elcano". La visita finalizó con el saludo a las autoridades, en el que participó el presidente de la Xunta en funciones, Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices; el delegado del Gobierno, Javier Losada; y los alcaldes de Tui, Arbo, Crecente y Salvaterra.  

El pantalán del Club Náutico se llenó también de ciudadanos que querían expresar su apoyo al monarca

El pantalán del Club Náutico se llenó también de ciudadanos que querían expresar su apoyo al monarca

Una ciudad blindada por las medidas de seguridad

En la ciudad la visita de Felipe VI se vivió en la distancia. El ajetreo del paso de los coches policiales, el ruido del helicóptero y el corte de calles llamaba la atención de vecinos y turistas, que como un grupo de andaluces que se encontraban visitando el barrio judío inquirieron a un agente para preguntarle el motivo de tanto movimiento. En la panadería, en plena Corredoira, la dependienta comentaba que "hubiera sido bueno que visitara también la ciudad. La presencia del Rey siempre es positivo y puede dar mayor visibilidad a la ciudad. A la gente le gusta ir donde van ellos". Mientras, grupos de tudenses enfilaban hacia la zona de la Comandancia para ver, aunque fuera de lejos, la llegada del patrullero "Cabo Fradera" con Felipe VI en su primera visita a la ciudad. Algunos de los curiosos portaban banderas españolas, cuyos colores se podían ver en numerosos balcones, en algunas ocasiones compartiendo espacio y ondeando junto a la gallega.  n

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