La construcción de un sólo vano que atraviesa el río Cereixo
El Ayuntamiento de Tomiño concluyó la primera fase de una serie de obras programadas para la reparación y conservación del puente tardomedieval de Taborda, más conocido como “Ponte do hospital”, una construcción del S.XVI (finales de la Edad Media) en cantería irregular, de un solo vano y con una longitud de 7 metros sobre el río Cereixo, que daba paso a un antiguo hospital existente en la zona.
Tras una inspección de los técnicos municipales de Urbanismo, se observó un deterioro importante debido, probablemente, a los fuertes temporales habidos en invierno, que hicieron aumentar el nivel del agua de manera acelerada pero, sobre todo, a la existencia de tres árboles de porte medio-grande, que tenían sus raíces encajadas entre las piedras de apoyo del arco. Los fuertes e intensos vientos, hicieron que los árboles trabajaran de forma negativa, produciendo desplazamientos de las piedras y afectando a la estructura. A mayores, los altos niveles de humedad de los troncos y raíces, al empaparse, aumentaban su volumen, favoreciendo el desplazamiento de la cantería.
Inmediatamente, se dio parte a la policía local de la situación, la cual procedió al vallado del puente, impidiendo el paso de cebra y de vehículos agrícolas, habituales en la zona.
Seguidamente, se procedió a la ejecución de la primera fase y recuperación de la estructura tardomedieval, consistente en la tala de los tres árboles que crecían en la base del puente. La intervención se realizó de manera controlada y por secciones, para evitar daños a la construcción, cuidando de no afectar además a una línea aérea de suministro eléctrico que discurre sobre el puente.
Tras una inspección de los técnicos municipales de Urbanismo, se observó un deterioro importante debido, probablemente, a los fuertes temporales habidos en invierno, que hicieron aumentar el nivel del agua de manera acelerada pero, sobre todo, a la existencia de tres árboles de porte medio-grande, que tenían sus raíces encajadas entre las piedras de apoyo del arco. Los fuertes e intensos vientos, hicieron que los árboles trabajaran de forma negativa, produciendo desplazamientos de las piedras y afectando a la estructura. A mayores, los altos niveles de humedad de los troncos y raíces, al empaparse, aumentaban su volumen, favoreciendo el desplazamiento de la cantería.
Inmediatamente, se dio parte a la policía local de la situación, la cual procedió al vallado del puente, impidiendo el paso de cebra y de vehículos agrícolas, habituales en la zona.
Seguidamente, se procedió a la ejecución de la primera fase y recuperación de la estructura tardomedieval, consistente en la tala de los tres árboles que crecían en la base del puente. La intervención se realizó de manera controlada y por secciones, para evitar daños a la construcción, cuidando de no afectar además a una línea aérea de suministro eléctrico que discurre sobre el puente.
