Conmoción en Tui

Limpiar el casco histórico de Tui antes de que llegue la lluvia

Antonio Calvar, ayer en la calle Calvo Sotelo, limpiando los restos de uno de los focos más virulentos.
photo_camera Antonio Calvar, ayer en la calle Calvo Sotelo, limpiando los restos de uno de los focos más virulentos.
Una empresa especializada comenzó a retirar los restos de los materiales calcinados preservando la piedra de las calles

Apenas treinta horas después de que la ciudad despertara  con las explosiones originadas por los incendios que asolaron las zonas de aparcamiento del Casco Histórico, comenzaron las labores de limpieza de los restos del desastre. El Ayuntamiento contrató los servicios de Disgatock, S.L., una empresa de Marín especializada en este tipo de trabajos, y que ayer iniciaba la ardua tarea de hacer desaparecer los restos de plásticos, combustible, líquidos y cenizas procedentes de los vehículos calcinados. 

 

 

Para ello, Antonio Calvar, el técnico encargado de manejar la máquina de vapor que trabaja a 150 grados y elimina los restos sin dañar la piedra, se afanaba en la céntrica Calvo Sotelo, donde se produjo uno de los focos más virulentos al arder un turismo que prácticamente se derritió en el lugar en el que su propietario lo había aparcado poco antes con el depósito de gasolina lleno.  Antes de comenzar con el trabajo de limpieza, se cubrieron las entradas de las alcantarillas para evitar que las aguas residuales contaminen los conductos de saneamiento de la ciudad.  Además del vapor, la máquina utiliza productos desengrasantes y contra el hollín ecológicos para minimizar los efectos en el medio ambiente. 

Uno de los mayores problemas con los que deberá enfrentarse en el apelmazamiento de los materiales plásticos derretidos sobre las calles de piedra. Algo que en algunos puntos, como sucede en la Plaza de la Armada Española, será un verdadero dolor de cabeza dado el gran número de vehículos calcinados, un total de siete, y que algunos eran modelos nuevos y, por lo tanto, con mayor carga plástica que los más antiguos. 

 

 

El tiempo en el que esperan poder concluir los trabajos de limpieza, según asegura sin soltar la máquina, es de una semana. “La idea es avanzar lo más rápido posible para evitar que empiece a llover y el agua de lluvia arrastre los restos y los introduzca en la  red de saneamiento”. 

Una vez que finalice esta macro limpieza, está previsto que se centre en la limpieza del muro de la capilla dedicada a la advocación de San Telmo y los que se encuentran enfrente del templo, que aparecieron con pintadas con símbolos hebreos hace menos de un mes. 

“Soy el único comercio afectado y estoy como en un limbo”

“Fui el único comercio afectado y estoy un poco en una especie de limbo, sin saber si me podrán ayudar desde el Ayuntamiento”, explica Ricardo Rodríguez, propietario de la inmobiliaria y aseguradora tudense Doña Urraca, situada en pleno Calvo Sotelo y frente a uno de los focos donde las llamas alcanzaron mayor altura. Una buena muestra de ello es el estado en el que quedó la fachada de la casa contigua, completamente ennegrecida hasta el tejado. En el caso del inmueble en el que tiene su negocio, la marquesina hizo de freno e impidió que las llamas llegasen a las viviendas, que en este caso sí están ocupadas a diferencia del otro edificio.

La intensidad del fuego se puede comprobar en el estado en el que se encuentra la marquesina de la inmobiliaria, casi derretida en una de las esquinas. Además, la vidriera de uno de los escaparates estalló como consecuencia de las altas temperaturas alcanzadas en la fachada. Ricardo cree que la existencia de unas rejas, que cuando llegó al negocio con el fuego en su momento álgido, impidió que se propagase al interior antes de que llegasen los efectivos de extinción. “Las rejas estaban al rojo vivo y creo que eso nos salvó”, asegura. 

Por el momento el Ayuntamiento “no me ha dado una solución. Estuve en la reunión con los afectados, pero el ser el único comercio, tendrán que estudiar mi caso”, comenta. Mientras, el tiempo pasa entre peritajes, llamadas y el ruido de la máquina que limpia la calle desde primera hora de la mañana.    

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