Los municipios de O Rosal, Oia y Tomiño ya aprobaron los planes de acción por el clima y la energía sostenible, mientras que A Guarda lo llevará hoy a la sesión plenaria
nnn Los ayuntamientos de O Rosal, Tomiño y Oia aprobaron, en pleno, el Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES), que recoge una serie de medidas concretas para luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero en un 40%. A Guarda lo lleva hoy a pleno.
En O Rosal incluyen un inventario de referencia de emisiones y una evaluación de los riesgos y vulnerabilidades ante el cambio climático, cuya elaboración tuvo uno coste de 6.000 euros financiados por la Consellería de Medio Ambiente.
Tomiño prioriza medidas como la renovación de las instalaciones de iluminación pública, de los sistemas de calefacción y la instalación de fuentes de energía renovables en los edificios de titularidad municipal; la peatonalización de los núcleos urbanos, potenciando la reducción del uso de vehículos; establecimiento de un sistema de préstamo de bicicletas y reducción de la velocidad en vías municipales, y profundizando en la implantación del modelo de compostaje de residuos orgánicos. Otras actuaciones de importancia para adaptarse a la nueva realidad climática, son la mejora en la red de abastecimiento, ayudando y potenciando la gestión de las comunidades de aguas y la redacción de un Plan Municipal de Defensa contra los Incendios. La redacción y elaboración del plan en Tomiño también contó con una subvención de 8.712,00 euros, de la Consellería de Medio Ambiente.
En Oia, el PACES se aprobó con los votos mayoritarios del PP, en contra lo hicieron los socialistas, y el BNG se abstuvo. El plan oiense pasa por reducir la huella de carbono en diversos ámbitos: inmuebles e instalaciones municipales, edificación residencial, transporte y movilidad, producción de energía y gestión de residuos, entre otros. La administración local contó con un presupuesto de 3.993 euros para la elaboración del mencionado documento que, entre otros compromisos, promoverá modos de movilidad alternativos; se apostará por un uso más racional del agua, una planificación adecuada del uso del suelo y de los recursos naturales, un aumento de la autosuficiencia y la protección de la biodiversidad.
Por lo que respecta a A Guarda se contempla el ahorro en consumo de energía eléctrica, en el que ya se trabaja y que en la actualidad está licitándose el cambio de la iluminación pública por luminarias led, pero también hay proyectos sobre la mesa que se basan en el aprovechamiento de la energía solar; con la vista puesta en el 2030, se actuará sobre la flota de vehículos con el objetivo de que todos sean eléctricos. Otros objetivos son la reducción de residuos orgánicos y la mejora en la separación y reciclaje de basura y la gestión del agua. Por último, A Guarda considera como línea estratégica mejorar la eficiencia energética de las edificaciones. n
En O Rosal incluyen un inventario de referencia de emisiones y una evaluación de los riesgos y vulnerabilidades ante el cambio climático, cuya elaboración tuvo uno coste de 6.000 euros financiados por la Consellería de Medio Ambiente.
Tomiño prioriza medidas como la renovación de las instalaciones de iluminación pública, de los sistemas de calefacción y la instalación de fuentes de energía renovables en los edificios de titularidad municipal; la peatonalización de los núcleos urbanos, potenciando la reducción del uso de vehículos; establecimiento de un sistema de préstamo de bicicletas y reducción de la velocidad en vías municipales, y profundizando en la implantación del modelo de compostaje de residuos orgánicos. Otras actuaciones de importancia para adaptarse a la nueva realidad climática, son la mejora en la red de abastecimiento, ayudando y potenciando la gestión de las comunidades de aguas y la redacción de un Plan Municipal de Defensa contra los Incendios. La redacción y elaboración del plan en Tomiño también contó con una subvención de 8.712,00 euros, de la Consellería de Medio Ambiente.
En Oia, el PACES se aprobó con los votos mayoritarios del PP, en contra lo hicieron los socialistas, y el BNG se abstuvo. El plan oiense pasa por reducir la huella de carbono en diversos ámbitos: inmuebles e instalaciones municipales, edificación residencial, transporte y movilidad, producción de energía y gestión de residuos, entre otros. La administración local contó con un presupuesto de 3.993 euros para la elaboración del mencionado documento que, entre otros compromisos, promoverá modos de movilidad alternativos; se apostará por un uso más racional del agua, una planificación adecuada del uso del suelo y de los recursos naturales, un aumento de la autosuficiencia y la protección de la biodiversidad.
Por lo que respecta a A Guarda se contempla el ahorro en consumo de energía eléctrica, en el que ya se trabaja y que en la actualidad está licitándose el cambio de la iluminación pública por luminarias led, pero también hay proyectos sobre la mesa que se basan en el aprovechamiento de la energía solar; con la vista puesta en el 2030, se actuará sobre la flota de vehículos con el objetivo de que todos sean eléctricos. Otros objetivos son la reducción de residuos orgánicos y la mejora en la separación y reciclaje de basura y la gestión del agua. Por último, A Guarda considera como línea estratégica mejorar la eficiencia energética de las edificaciones. n
